Saturno es el segundo planeta más grande del Sistema Solar en tamaño y masa después de Júpitery es muy mediático por su impresionante sistema de anillos. Su nombre proviene del dios romano Saturno y es un planeta formado por gases casi en su totalidad. En cuanto a los anillos, están compuestos por cristales de hielo y roca que giran alrededor del planeta a una velocidad de 48.000 km/h. Son visualmente muy bellos y se pueden observar desde la Tierraa través de un telescopio.
Además de ser el segundo más grande, Saturno es el sexto planeta del Sistema Solar. Los griegos y romanos creían que era el planeta más lejano, razón por la cual lo bautizaron con el nombre del padre de Júpiter, Saturno. De los seis planetas que conocían, este era el más lento, ya que necesita casi unos 30 años en dar una vuelta completa al Sol, concretamente 29 años y 167 días.
Características principales
Saturno no es un planeta completamente redondo, sino que es ligeramente ovalado con un ecuador que sobresale. Los otros planetas gigantes también son ovalados, como Júpiter, pero en menor medida. Esta característica lo hace muy peculiar en comparación al resto de elementos del Sistema Solar.
También destaca el hecho de que está formado por gases y no posee superficie, cosa que hace que el movimiento de rotación del planeta no sea constante y muy difícil de calcular. Los últimos datos indican que tarda 10 horas y 45 minutos en dar una vuelta sobre el mismo. El planeta presenta una tonalidad amarillenta y dentro del mismo se combinan pequeñas bandas de otros colores.
Si nos fijamos en la composición del planeta, su atmósfera está formada por un 96% de hidrógeno, casi un 3% de helio y un poco de metano. Su volumen es suficiente como para contener 740 veces la Tierra. Asimismo, cabe destacar su densidad, mucho menor que el agua.
Sistema de anillos
El sistema de anillos de Saturno es la característica más mediática del planeta sin lugar a dudas. Desde las primeras observaciones que se llevaron a cabo con telescopios, los astrónomos quedaron boquiabiertos del sistema tan complexo que forman los anillos que rodean este gigantesco planeta.
No fue hasta 49 años después de la primera observación de Galileo, en 1659, con la ayuda de un telescopio más potente, que se pudo comprobar la existencia de un sistema de anillos. De hecho, Galileo creyó la primera vez que observó los anillos que se trataban de dos elementos distintos e independientes, pero más tarde volvió a observar el planeta, esta vez de perfil, y quedó sorprendido al ver que los anillos estaban alrededor de Saturno, formando una única entidad planetaria.
Lo más curioso de los anillos de Saturno es que se encuentran en el plano ecuatorial del planeta. Están formados por cuerpos rocosos y hielo y tienen distintos tamaños, desde polvo hasta rocas de varios metros. Se encuentran desde los 6.630 km a los 120.700 km por encima del ecuador de Saturno, y el albedo de los anillos muestra que son relativamente modernos en la historia del Sistema Solar.
Satélites que lo rodean
Entre todas las lunas y satélites que van asociados a Saturno, los más destacados son Titán y Encélado para los astrónomos. Se cree que el segundo podría contener agua líquida (como se especula con el satélite Europa de Júpiter) a poca profundidad de su superficie, mientras que Titán cuenta con una atmósfera rica en metano y muy similar a la atmósfera que tuvo la Tierra al inicio de sus tiempos.
Saturno también se caracteriza por tener una gran cantidad de lunas a su alrededor, siendo el planeta claramente con mayor número de satélites, aunque con tan solo tres más que Júpiter. En concreto, Saturno tiene un total de 82 lunas, siendo la mayor de ellas Titán. Por esta razón, coloquialmente se lo conoce como el señor de los anillos del Sistema Solar.
Estructura interna y externa
Junto a Júpiter, Saturno es uno de los planetas más calientes de todo el Sistema Solar. La estructura del planeta está formada prácticamente por helio y su núcleo es rocoso y sólido, con una temperatura que llega hasta los extraordinarios 15.000ºC.
El núcleo rocoso está rodeado por hidrógeno, helio y trazas de otros compuestos volátiles. Alrededor del núcleo se encuentra una extensa capa de hidrógeno líquido, mientras que los 30.000 km exteriores de su estructura están formados por una atmósfera de hidrógeno y helio.
Como pasa con Júpiter, Saturno también tiene una atmósfera marcada por las fuertes tormentas, que pueden llegarse a ver desde la Tierra con un buen telescopio, y con unos rayos que son 10.000 veces más potentes que los de cualquier tormenta de la Tierra. Asimismo, Saturno cuenta con fuertes vientos que pueden llegar a unas velocidades de hasta 1.620 km/h.
A diferencia de la estructura interna, la atmósfera está formada básicamente por hidrógeno, con algunos otros compuestos gaseosos, como el helio, el metano o el amoníaco, pero con muy poca presencia en comparación al hidrógeno.
Algunas curiosidades más
Las primeras investigaciones sobre el planeta de los anillos fueron a través de la sonda ‘Pioneer 11’ y las ‘Voyager’ 1 y 2, en los años 1979, 1980 y 1981 respectivamente, que ofrecieron las primeras espectaculares imágenes del planeta, así como del inédito sonido de los anillos de Saturno. En 1997 fue lanzada la nave ‘Cassini’, juntamente con la sonda ‘Huygens’ para explorar el satélite Titán. Este es el último gran proyecto que se impulsó para recoger datos sobre Saturno y sus satélites.
Saturno lo podemos observar en nuestro cielo terrestre como uno de los objetos espaciales más brillantes, sin parpadeos, y con tonalidades amarillentas. Con un telescopio de aficionado, se puede llegar a observar bien dos de los principales anillos de Saturno.