La misión'Aeolus' de la ESA (Agencia Espacial Europea) ha permitido medir este invierno sobre el Ártico la partición del vórtice polar dividido en dos, con una masa de aire giratoria sobre el Atlántico norte y otra sobre el Pacífico. En un comunicado, la experta Anne Grete Straume, científica de la misión explica que, «la división conduce a cambios en la circulación troposférica que permiten que las masas de aire frío de los polos se desplacen más fácilmente a latitudes más bajas. Por el momento, algunas partes de América del Norte parecen estar experimentando un clima más frío que Europa, aunque hemos visto eventos de aire frío que llegaron bastante al sur de Europa durante las últimas semanas provocando, por ejemplo, fuertes nevadas en España».
Pero, ¿qué es el vórtice polar?
Según la Wikipedia, el vórtice polar se define como una borrasca persistente a gran escala situada en las zonas polares terrestres, y que se encuentra ubicada en la alta troposfera y sobre todo la estratosfera. Es importante destacar que el vórtice es más potente siempre en el invierno hemisférico, cuando el gradiente térmico es más marcado, y disminuye o casi que desaparece en verano.
El vórtice polar antártico es más pronunciado y persistente que el ártico y esto se debe a que la distribución de las masas de tierra en latitudes elevadas del hemisferio norte conlleva un aumento de los cambios de los patrones atmosféricos que contribuyen a romper el vórtice, mientras que en el hemisferio sur el vórtice permanece menos afectado. El vórtice ártico tiene forma alargada, con dos centros, uno aproximadamente sobre Baffin Island, en Canadá y, el otro, sobre el noroeste de Siberia. En definitiva, el vórtice polar antártico se mantiene normalmente de agosto a noviembre.
¿Y cómo se rompe el vórtice polar?
Un evento meteorológico que puede modificar el vórtice polar se conoce como 'calentamiento estratosférico', que es lo que ha estado sucediendo durante los últimos meses. Los calentamientos estratosféricos repentinos ocurren en cierta medida todos los años, pero el evento actual se ha clasificado como mayor, y es menos común. Los científicos tratan de entender si los eventos repentinos de calentamiento estratosférico podrían volverse más frecuentes debido al cambio climático. También para esto, los datos del viento de 'Aeolus' serán muy importantes para comprender mejor los mecanismos que desencadenan estos eventos climáticos.
En este sentido, cada vez que se produce el fenómeno, la comunidad científica trabaja con dos escenarios principales. En uno de ellos, corresponde con la llegada de las masas de aire frío polar desde el continente a través de un corredor que formarían un anticiclón situado en las altas latitudes y una borrasca que a menudo suele localizarse sobre el Mediterráneo. Esta sería una masa muy gélida, pero seca.
El otro escenario apunta a una mayor actividad ciclónica. El aire frío de origen polar sobre las latitudes medias ejerce de alimento para la formación de potentes borrascas que podrían afectar primero a los Estados Unidos y, tras cruzar el Atlántico, acabar impactando en el oeste de Europa. Como ejemplo de ello, este último escenario es el que sucedió a principios del mes de enero con la afectación de la borrasca 'Filomena' sobre nuestro país dejando nevadas históricas en el centro peninsular.
Funcionamiento del satélite 'Aeolus'
'Aeolus' es el primer satélite en órbita que perfila directamente los vientos de la Tierra desde el espacio. Funciona emitiendo pulsos cortos y potentes de luz ultravioleta de un láser y mide el desplazamiento Doppler, es decir, una muy pequeña cantidad de luz que se dispersa y regresa al instrumento para generar perfiles de la velocidad horizontal de los vientos de la Tierra principalmente en la dirección este-oeste en los 26 km más bajos de la atmósfera. Aunque 'Aeolus' solo mide el viento en la parte inferior de la atmósfera, la parte inferior del chorro de vórtice polarestratosférico actual deja una firma en los datos del satélite.