Venus recibe su nombre en honor a la diosa romana del amor (o Afrodita para los griegos). Es el segundo planeta más cercano al Sol de nuestro Sistema Solardespués de Mercurio y eso hace que solo pueda verse durante unas pocas horas desde la Tierra antes de la salida del Sol y justo unas horas después de la puesta. No obstante, cuando es más brillante puede ser visto durante el día, siendo uno de los tres cuerpos celestes que pueden ser vistos a pleno día a simple vista. En muchos sentidos, se parece a nuestro planeta, razón por la cual los científicos lo consideran un 'hermano'.
Venus es el segundo cuerpo más brillante en el cielo después de la Luna, por lo que seguramente ya se conocía de su existencia desde tiempos prehistóricos. Precisamente por este motivo, también es conocido como la estrella de la mañana (lucero del alba) o estrella de la tarde (lucero vespertino).
Principales características
Venus es considerado como el hermano de la Tierra porque tiene un tamaño, una masa, una densidad y un volumen muy parecidos, aunque hay dos diferencias muy marcadas entre ambos: la temperatura y la presión atmosférica.
La temperatura de su atmósfera es de 482ºC, más de 400 veces más que la de la Tierra, razón por la cual también es conocido como el planeta abrasador. Estas temperaturas tan extremas son debidas a los gases que forman su atmósfera, produciendo un gran efecto invernadero por esta atmósfera tan pesada y densa.
Eso hace que la presión sea muy elevada, unas 92 veces mayor que la Tierra. Es por ello que una persona no podría resistir vivir en este planeta. Venus posee el día más largo de todo el Sistema Solar, con una duración de 243 días terrestres, y que es más largo que su año natural, que dura 225 días.
La atmósfera
La composición de su atmósfera es lo que hace que Venus tenga unas temperaturas tan elevadas. Los gases no pueden escaparse al espacio debido a que su atmósfera es densa y compacta, y esto los deja atrapados, produciendo un calentamiento extremo sobre el planeta, reteniendo el calor del Sol y, aunque parezca sorprendente, Venus tiene más temperatura que Mercurio, el planeta más cercano al astro.
Su atmósfera está compuesta por dióxido de carbono (CO2), llegando a representar el 97% de su composición. Su corteza terrestre también está compuesta por CO2, pero en forma de caliza. Solamente el 3% del restante de la atmósfera pertenece al nitrógeno. Debido a sus altas temperaturas, el agua es muy escasa y casi inexistente en Venus.
Las temperaturas tan elevadas y su densa atmósfera hacen que los meteoritos se desintegren cuando se aproximan al planeta, aunque los más grandes pueden llegar a impactar, originando un cráter si tienen suficiente fuerza y energía al penetrar en la atmósfera.
Parecidos entre Venus y la Tierra
Estructura interna
Venus y la Tierra tienen muchas similitudes en cuanto a su tamaño y densidad, además de que los dos planetas comparten una estructura interna parecida, formada por un núcleo, un manto y una corteza planetaria. Al igual que la Tierra, se especula que el núcleo es líquido.
Donde distan claramente es que Venus no dispone de placas tectónicas debido a la sequedad del manto y de la superficie. Como consecuencia, la pérdida de calor en el planeta es escasa, evitando su enfriamiento, a diferencia de la Tierra que sí que lo tiene.
Nubes
En Venus también hay nubes, pero son diferentes a las de nuestro planeta, aunque también producen nieblas y lluvias, pero las gotas están formadas por otros elementos químicos. De hecho, las gotas son de ácido sulfúrico. Este ácido se evapora en la base de las nubes, a unos 50 kilómetros de altitud respecto la superficie del planeta, y se queda en la atmósfera.
Las partes superiores de las nubes son visibles desde la Tierra y se puede observar cómo se extienden por encima de la superficie del planeta. Las variaciones que existen en el contenido de dióxido de azufre en la atmósfera de Venus podrían llegar a indicar algún tipo de vulcanismo en el planeta, aunque este extremo aún ha sido probado.
Curiosidades
La luz solar casi no llega a la superficie del planeta y es reflejada al espacio a causa de la densa capa de nubes, mientras que la pequeña proporción de luz que consigue atravesar las nubes es absorbida directamente por la atmósfera. Esto impide que se caliente la superficie, provocando que la superficie de Venus no se caliente ni se ilumine como era de esperar por la radiación que recibe. De hecho, en ausencia del efecto invernadero, la temperatura en la superficie de Venus podría ser similar a la de la Tierra.
También se comenta, según estudios de la NASA, que Venus pudo tener un océano poco profundo, con tanta agua como la Tierra, que contribuyera a mantener condiciones propicias para la vida durante un máximo de 2.000 millones de años. Hoy en día, toda el agua conocida en Venus está en forma de una pequeña cantidad de vapor atmosférico.
Y ya por finalizar, Venus es el único planeta del Sistema solar que tiene un movimiento de rotación en el sentido de las agujas del reloj, a diferencia de los otros planetas. Esta rotación diferente provoca que el sol salga por el oeste y se ponga por el este, rotación conocida como dextrógira.