Las 416 catástrofes naturales registradas en el mundo en 2020 generaron pérdidas económicas por valor de más de 220.000 millones de euros, un 8% por encima de la media de las pérdidas anuales de este siglo. De esta cantidad, casi 80.000 millones de euros fueron cubiertos por los programas de seguros contratados tanto por el sector privado como el público, según un informe del bróker asegurador AON.
Esto supone que la 'brecha de protección', que es el porcentaje de pérdidas económicas no aseguradas, fue del 64% en 2020, lo que resalta la importancia de abordar a los desatendidos garantizando un mayor acceso a productos de seguros asequibles en el futuro. Durante 2020, más de 8.000 personas perdieron la vida debido a catástrofes naturales. Los ciclones tropicales fueron los eventos más costosos, con daños económicos directos que superaron los más de 64.000 millones de euros.
A continuación, muy cerca, figuran las inundaciones, con un coste de más de 62.000 millones de euros, y las tormentas convectivas severas, con daños cercanos a unos 51.800 millones de euros. Desde una perspectiva climática, 2020 fue el segundo año más cálido del mundo desde 1880.
El cambio climático afecta a todos los bolsillos
Los efectos del cambio climático son cada día más visibles y sus consecuencias podemos apreciarlas, cada vez con mayor fuerza, sobre el medio ambiente, los fenómenos meteorológicos, la biodiversidad, la salud de los ciudadanos o los propios modelos económicos. Estamos ante un desafío global que, además, tiene unos costes enormes, crecientes y con efectos irreversibles para la economía no solo por lo que dejamos de ganar en el presente sino por las pérdidas del futuro.
Sobre ello trata el reciente estudio Long-term macroeconomic effects of climate change: a cross-country analysis del Institute for New Economic Thinking y en el que ha participado el FMI para medir el impacto en el largo plazo del cambio climático en la actividad económica en diferentes países.
Cumplir el acuerdo de París, clave para mantener nuestro PIB
Los efectos persistentes de la emergencia climática como incrementos en la temperatura, cambios en las pautas de precipitaciones o eventos climáticos más volátiles y extremos, afectan al nivel de producción o a la capacidad de la economía para crecer en el largo plazo a través de una menor inversión y de una menor productividad laboral, generando con ello importantes consecuencias sobre el bienestar social y, especialmente, sobre la salud de las personas.
Veamos algunas de las principales cifras que aporta este estudio. Del análisis en los que participan casi 175 países en el periodo 1960-2014 se concluye que el crecimiento del PIB real per cápita se verá muy afectado si no cumplimos con el Acuerdo de París. El PIB per cápita mundial disminuirá un 7,22% para 2100 si la temperatura se incrementa 0,04ºC/año, es decir, una situación en la que, sin políticas de mitigación y con más emisiones, se sobrepasan los 2ºC de calentamiento global marcados como objetivo en el Acuerdo de París (el escenario 8.5 del IPCC).
Por el contrario, si cumplimos con París y se limita el incremento de la temperatura a 0,01ºC/año, como contempla el escenario más benévolo, entonces la pérdida económica se reduciría hasta tan solo el 1,07% para final de siglo. De hecho, este análisis es una clara llamada a la acción en la lucha contra el cambio climático: frente a unas pérdidas del PIB per cápita real mundial de un 2,51% y 7,22% en 2050 y 2100 respectivamente, las políticas de mitigación pueden reducir estas pérdidas hasta el 0,11% y 1,07% en dichos años. El estudio ha sido llevado a cabo con datos de la Red Eléctrica Española.