El pasado domingo, el día de Año Nuevo, una familia de Málaga se llevó un gran susto. Una niña de entre 3 o 4 años fue atacada por un perro. Se trataba de un PPP, un perro calificado como de raza potencialmente peligrosa.
El animal atacó a la pequeña mordiéndole en el rostro y provocándole un desgarro en el mentón con hemorragia. Tales fueron las heridas ocasionadas que tuvieron que intervenirla de urgencia para salvarle la vida.
El ataque se produjo sobre las 21:49 en el domicilio familiar. Un perro de raza American Staffordshire Terrier se abalanzó sobre la niña y la mordió. En cuanto sucedió, los padres decidieron no esperar a los servicios sanitarios de emergencias y optaron por llevar a su hija personalmente al hospital.
La metieron en el coche y se dirigieron hacia el centro. Sin embargo, durante el camino sufrieron un incidente de tráfico que les obligó a detenerse. En ese momento, pasaba por el lugar una patrulla de la Policía Nacional.
Los familiares explicaron el relato a los agentes. Estos, tras escuchar lo que había sucedido, utilizaron el vehículo policial a modo de ambulancia. Fueron los encargados de trasladar a la niña al hospital.
La niña tuvo que ser operada a causa de las heridas recibidas
Fue ingresada en el Hospital Materno Infantil de Málaga. Una vez allí fue intervenida quirúrgicamente de urgencia. A la pequeña le suturaron las lesiones y le limpiaron la zona del labio.
El perro causante del ataque, según agentes de la Comisaría Provincial, se trataría de un perro “adoptado”. Actualmente la menor se encuentra bien en el hospital, recuperándose de sus heridas.
A pesar de que este caso se podría tratar como un posible delito de lesiones, el hecho de que el ataque se produjera en el domicilio de la familia cambia las cosas. Los propietarios del perro en su propio domicilio están exentos de llevar a su mascota con bozal y correa, tal y como está obligado por ley en la vía pública. Este hecho hace que se decline la imprudencia.
Esta circunstancia sería diferente si el perro tuviera “antecedentes” por algún otro tipo de ataque o comportamientos agresivos. O si el ataque se produjera “en una zona común” de una comunidad de vecinos. O bien que los progenitores de la niña quisieran entablar acciones legales.
Ante el ataque de cualquier perro es importante saber cómo se debe reaccionar. Se requiere rapidez y mente fría, pero debido a la situación crítica que comporta un ataque de un animal, es muy fácil perder los nervios y bloquearse sin saber cómo actuar.
Ante una mordida nunca se debe tirar de la persona. Este hecho ocasionaría a la víctima heridas más graves.
Tampoco se debe intentar abrir la boca del perro, porque se conseguiría el efecto contrario y el animal podría cerrarla todavía más. Lo que mejor se puede hacer es por un lado inmovilizar al perro y por otro distraerlo o llamar su atención hacia otro lado.
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