El día 5 de abril de 2022, un vecino de Erika Yunga la asesinó a puñaladas y después la agredió sexualmente. Erika, de 14 años, se encontraba volviendo a casa del instituto en el que cursaba sus clases, en Oviedo.
Durante el camino la acompañaban sus amigas y se separaron cuando Erika llegó hasta la puerta de su portal. La joven llamó al timbre para que le abrieran la puerta.
Erika entró, y se dirigió a su casa para reunirse con su padre y uno de sus dos hermanos para comer. Sin embargo, nunca pudo llegar. Uno de sus vecinos, Igor Postolache, estaba pendiente de su llegada.
El vecino, de 32 años, llevaba instalado menos de un mes en el bloque. Durante ese tiempo, había estudiado todos y cada uno de los movimientos de Erika, con la que estaba obsesionado.
Sabía sus horarios, cuando se iba y cuando volvía. Tenía incluso las persianas bajadas de su casa para que nadie pudiera ver nada. Lo tenía todo planeado.
El asesino cogió de su cocina un cuchillo de 11 centímetros y lo usó para agredir a la menor desde la espalda, justo cuando ella permanecía quieta esperando el ascensor. El hombre le propinó múltiples puñaladas y la llevó hasta su casa. Cerró la puerta tras ellos.
Una vez dentro continuó acuchillando a la niña y se dispuso a abusar de ella sexualmente. Tras la horrible acción la dejó tirada en el pasillo. Acto seguido, el asesino se apuñaló en el cuello, la cara y en el cuerpo hasta en veinte ocasiones.
Uno de los hermanos de Erika fue quien se dio cuenta de lo que pasaba
Paralelamente, como hacía unos minutos que Erika había llamado al timbre, su hermano salió a buscarla. Cuando llegó al rellano se encontró con los restos de sangre ocasionados por las heridas de su hermana. Además, encontró la chaqueta de Erika tirada en el suelo.
El hermano siguió el rastro de sangre y lo llevó hasta el piso de Igor. Una vez allí empezó a gritar desesperadamente mientras golpeaba la puerta. Los vecinos no tardaron en oír los gritos del chico, por lo que decidieron llamar a emergencias.
Una vez que la policía llegó y entró en la vivienda ya era demasiado tarde. Erika había sido asesinada y el culpable tenía graves heridas debido a sus propias puñaladas.
Trasladaron al asesino al Hospital Universitario Central de Asturias, donde permaneció ingresado varios días hasta recuperarse de sus heridas. Se declaró que Igor poseía una inteligencia normal y que tenía rasgos narcisistas. Esto hace que tenga imputabilidad plena.
Desde la Fiscalía se afirmó que el hombre había actuado con premeditación. Había analizado todos los movimientos de la víctima antes de cometer el crimen. Además, se declaró que el gran número de puñaladas que propinó a la menor fue para asegurarse de provocarle un sufrimiento y dolor innecesarios.
El asesino fue condenado a prisión provisional sin fianza. Igor ya tenía antecedentes por acosar a otras mujeres, sin embargo hasta entonces nunca había llegado a ir a la cárcel.
Cuando se tomó declaración de los vecinos, algunos de ellos confesaron detectar comportamientos extraños en Igor. Explicaban que acosaba a la joven y que incluso hubo ocasiones en las que la seguía.
El caso tuvo un gran impacto en la sociedad. El presidente del Principado, Adrián Barbón, dedicó unas palabras a través de las redes sociales.
Adrián habló del fatal caso como una “tragedia terrible, algo para lo que no hay ni palabras ni consuelo”. También quiso mandar unas palabras de ánimo a la familia y a todos los que conocían a Erika, que quedaron completamente consternados tras su muerte.
NOVEDAD WHATSAPP: Pincha aquí para leer GRATIS tus noticias favoritas del Corazón en WhatsApp