Natalia fue brutalmente asesinada a manos de su expareja y fue encontrada el día 8 de enero en Marbella. Su cuerpo estaba flotando en el mar y tenía la cabeza y las manos mutiladas. Además presentaba un corte en el estómago.
Su asesino terminó con ella y también con sus sueños de toda una vida. Natalia se mudó a España cuando tenía 40 años. Atravesó el charco con un claro propósito.
La mujer tenía la intención de pagarle los estudios universitarios al más mayor de sus hijos. Era su sueño y Natalia lo logró. Su hijo, Víctor Hugo, gracias a los ahorros de su madre pudo terminar la carrera en el mes de diciembre.
Los ahorros de Natalia ayudaron a que su hijo pudiera terminar la carrera, pero ella no pudo disfrutarlo
Sin embargo, su madre no podrá llegar a asistir a su graduación, la cual se celebrará en abril. No podrá asistir porque el que era su pareja decidió acabar con su vida descuartizándola y arrojándola al mar. El asesino tenía una denuncia por malos tratos.
Natalia era natural de Cali, una ciudad de Colombia. Allí cursó sus estudios de auxiliar de enfermería. Natalia tenía dos hijos de los que ocuparse, pero desgraciadamente el salario del que disponía era insuficiente para llegar cómodamente a final de mes.
Fue el motivo por el cual decidió marcharse de su país y probar suerte. La mujer escogió volar a España, concretamente eligió Marbella, en busca de una oportunidad mejor que ayudara a sus hijos. Una vez se instaló en España, comenzó a cuidar a una pareja de personas mayores.
La familia de Natalia habla de ella destacando su “carisma muy especial”. Explican que era una persona “humilde” y también “muy trabajadora”. Expresan que se le daba bien el trato hacia las personas ancianas.
Natalia era una persona muy familiar y siempre expresaba a su familia cuánto la echaba de menos. En los momentos duros y difíciles que se le presentaban, Natalia tenía como refugio la religión. Era creyente, leía la biblia e iba a misa de costumbre, y se aferraba en la fe siempre que podía.
Tenía su vida montada, tenía una familia que quería, un propósito que perseguir. Sin embargo, el destino hizo que un día, hace cinco meses, se cruzara con la que sería su pareja y también su futuro asesino. Natalia se enamoró de Leonel, también colombiano y de 45 años.
La mujer llamaba con frecuencia a su familia residente en Cali para contarle sobre él. Según Karen Etayo, una sobrina de Natalia, explica que ella quería “formalizar la relación y casarse”. Sin embargo, a medida que fue pasando el tiempo comenzaron a surgir los problemas y se dio cuenta de que no era la persona indicada.
El comportamiento de Leonel cada vez fue a peor
En noviembre Natalia quiso mantener una distancia con Leonel. Eso hizo que las cosas empeoraran y el 19 de diciembre discutieron en la casa de Natalia. Leonel le dio un cabezazo a Natalia y eso le causó lesiones.
La mujer, después de eso, decidió interponer una denuncia a su pareja por malos tratos. Tiempo después, el 21 de diciembre, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Marbella condenó al hombre a seis meses de cárcel.
Además también se le impuso la prohibición de tener armas y de comunicarse a través de cualquier vía con la víctima. Asimismo, tenía prohibido acercarse a ella a menos de 500 metros durante 16 meses.
Por último, tenía que pagar 225 euros de indemnización. Sin embargo, en la misma sentencia se dictó la suspensión de la pena de cárcel durante dos años. La condición era que no volviera a delinquir y que pagara la indemnización.
Por desgracia, el día 8 de enero incumplió la orden de alejamiento. Leonel esperó a que Natalia saliera de la iglesia.
Junto a un amigo que lo esperaba en una furgoneta, se la llevó a un enclave de la costa. Allí Leonel la asesinó.
La familia se lamenta del error cometido por la justicia y manifiesta que “si lo hubieran encarcelado desde un primer momento, ella estaría viva”. Natalia consiste en la quinta víctima a manos de un hombre en lo que va de año.
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