Completamente decapitado y sin manos, con un profundo corte en el estómago fue encontrado el cadáver de Natalia M. Una mujer de 46 años que había sido asesinada cruelmente a manos de su expareja.
Las condiciones en las que se encontró el cuerpo de la víctima aseguraron a las autoridades que podría pertenecer al mundo del narcotráfico. La joven habría sido asesinada por una organización criminal.
Pero al parecer, gracias a la investigación del caso y a la reciente confesión del asesino, se trataba de su expareja. De esta manera se confirmaba otro nuevo crimen machista sumado a la violencia de género.
Fue a las cinco de la tarde del domingo 8 de enero cuando el 112 recibió la llamada de dos viandantes alertando del suceso. Estas personas informaron al equipo de emergencias de que un cuerpo estaba siendo azotado por las olas contra las rocas de una playa.
El estado del cadáver era totalmente irreconocible, estaba decapitado y sin manos. En ese momento, los efectivos de la Guardia Civil se desplazaron inmediatamente al lugar de los acontecimientos para empezar una investigación al respecto.
La confesión del asesino
Mientras el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil se encargaba de estudiar las pruebas de ADN obtenidas, la Policía Nacional investigaba la desaparición de una mujer de las mismas características.
Todo parecía concordar ante las dos investigaciones abiertas, aunque el nexo de unión que hizo clarificar los datos fue el ADN. De esta manera se llegó a la conclusión de que tanto Guardia Civil como Policía Nacional estaban al frente del mismo caso.
Sin embargo, no fue hasta la confesión del autor de los hechos cuando ambas líneas de investigación pudieron dar carpetazo. Leonel M., colombiano y de 45 años, confesaba ante las autoridades pertinentes que había asesinado a su expareja. Posteriormente la había decapitado y descuartizado, y finalmente la arrojó al mar.
La víctima y el asesino habían mantenido una breve relación de amor en la que ya se le había acusado al hombre por malos tratos. Aun así, a pesar de la denuncia, este no paraba de hostigarla hasta que finalmente acabó con su vida de la manera más cruel.
Ahora, a pesar de que Leonel M. ya haya ingresado en prisión, las autoridades continúan investigando el caso para esclarecer los hechos.
Antes del crimen
Natalia y Leonel M. habían tenido una relación amorosa de pocos meses de duración. Aun así, según el entorno más cercano a la víctima, fue una etapa amarga para ella, quien lo denunció por malos tratos.
Hace apenas un mes la víctima denunció al autor de los hechos y el 21 de diciembre este recibió una orden de alejamiento. Al parecer, el asesino confeso no hizo caso de las restricciones judiciales y siguió acusando y hostigando a Natalia hasta el día que la mató.
Lo sucedido en Marbella se trata de un nuevo crimen machista en el que una vez más no se ha sabido proteger a la víctima. Ahora, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional investigan a fondo el caso para saber qué pudo fallar y por qué Natalia fue asesinada.
Asimismo, desde el Ministerio de Igualdad lamentan todas las víctimas de violencia de género en lo que llevamos de año. Según un comunicado de prensa desde Moncloa, serían más de tres las mujeres asesinadas a manos de sus exparejas durante el 2023. Un dato escalofriante ante el que se pretende tomar las medidas pertinentes.
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