Los familiares de Mónica de la Llana García están desesperados después de cuatro meses sin noticias de ella. Al principio no le dieron importancia porque la desaparecida es una mujer independiente que se ausentaba de vez en cuando. Pero nunca en un tiempo tan prolongado como esta vez.
Todas las alarmas saltaron cuando se dieron cuenta de que no daba señales de vida desde el 21 de julio. El 10 de agosto, esta familia de Valls (Tarragona) denunció la desaparición y la preocupación no ha hecho más que aumentar. Y es que la policía no ha encontrado rastro de vida de la mujer desde esa fecha.
Se trata de una desaparición muy inquietante, porque es como si desde ese día Mónica se hubiera esfumado. Han barajado todas las opciones posibles, pero sus allegados tienen claro que le pasó algo ese día. Han hecho un llamamiento para que cualquier persona que tenga información lo comunique.
Su última conexión en redes sociales
Mónica de la Llana García tiene 45 años y reside en La Morera de Montsant (Tarragona), el último lugar donde se la vio. Es madre soltera de un chico que se ha criado con sus padres en Valls. Su hermana María Jesús ha explicado que es una mujer de salud delicada y aficionada a los festivales de música alternativa.
Según ha explicado en El Periódico, Mónica trabajaba ocasionalmente de camarera y solía acudir a fiestas. Era habitual que desapareciera durante unos días, pero siempre acababa apareciendo. Por eso cuando su madre la llamó preocupada, María Jesús al principio le restó importancia.
La cosa cambió cuando María Jesús, aconsejada por una amiga, ajustó el WhatsApp para ver la última conexión de su hermana. Se quedó muy preocupada al ver que no se había conectado desde el 21 de julio, a pesar de que siempre estaba conectada. Su última publicación en Facebook era del 18 de julio.
La última pista de su paradero
Ante esa situación, el 10 de agosto denunciaron la desaparición de Mónica ante los Mossos d’Esquadra. La investigación policial ha añadido aún más inquietud al caso, ya que no hay signos de vida en todo este tiempo. Ni conexión en las redes sociales, ni movimientos bancarios, ni ninguna pista.
Tampoco hay constancia de que haya comprado los medicamentos que necesita para el asma y los problemas de corazón. El único hilo del que tirar, un novio con el que mantenía una turbulenta relación y que fue el último que la vio. Según la señal telefónica, hizo una llamada el 21 de julio a las 07:50 horas.
Fue a su novio, aunque según la familia es extraño porque en teoría a esa hora estaba con él. La llamada duró tres minutos, y se preguntan por qué llamó a ese hombre si estaba con él. Él ha sido interrogado por la policía y ha afirmado que esa mañana se marchó después de haber estado unos días juntos.
Creen que algo pasó aquel día
El novio de Mónica asegura que la acompañó a la estación de autobuses y se separaron a las dos del mediodía. Ella iba a coger un autobús en dirección a Reus, pero el conductor no recuerda haberla visto. Y ahí se pierde el rastro de Mónica, que lleva ya cuatro meses en paradero desconocido.
La familia descarta que esté desaparecida voluntariamente, porque el 13 de septiembre fue su cumpleaños y el de su hijo. Creen que es imposible que no hubiera dado señales de vida al menos para felicitar a su hijo. “Creemos que le ha pasado algo, que algo le ocurrió ese día”, afirma su hermana.
Mónica había quedado con una amiga para comer el 21 de julio, pero nunca se presentó a la cita. Le escribió que ella tenía el coche en Valls pero que alguien la bajaría en coche hasta Reus. Desde entonces no saben nada más, y la angustia no hace más que crecer con el paso de los días.
No piensan que sea una desaparición voluntaria porque operaron a su madre y se habría puesto en contacto con ella. Sus allegados han pedido a SOS Desaparecidos que haga difusión del caso y han repartido la foto de Mónica. Todo con la esperanza de conocer qué pasó aquel fatídico 21 de julio.