Luto en la localidad gallega de El Bollo por la muerte de un vecino muy querido, Jaime, a los 37 años. El domingo al mediodía tuvo un accidente de quad, se fue a dormir para descansar un poco, y ya no se despertó. Su fallecimiento ha causado una gran sorpresa y una enorme consternación en el entorno.
Tras conocerse la triste noticia, muchos de sus amigos inundaron las redes sociales con mensajes de despedida. Jaime Quintáns, de 37 años y vecino de El Bollo, tenía muchos amigos y era una persona muy apreciada. Era además alguien muy vinculado a su tierra, que siempre defendía con orgullo.
“No hay palabras, sólo recuerdos inolvidables para mi amigo del alma y segurísimo que para muchos más”. Así rezan las palabras de Rodri, uno de sus mejores amigos, tras enterarse de lo ocurrido. Para muchos, Jaime era como un hermano y han encajado su pérdida con amarga tristeza.
Jaime, fallecido de manera cruel
El día que murió, este pasado domingo, Jaime hizo lo que hacía muchos fines de semana. Madrugó, se puso la ropa de abrigo y cogió su quad para ir a dar una vuelta por los lugares del entorno que tan bien conocía. Siempre se había sentido atraído por la pasión de salir a hacer rutas por la naturaleza.
Hace unos meses se compró el quad con el que esa fatídica mañana salió a correr cerca de su casa. Tras recorrer los caminos del entorno volvió a su casa, pero por el camino tuvo un pequeño accidente. El golpe parecía poca cosa pero el quad no arrancaba, así que su hermano fue a recogerlo.
Puesto que se encontraba un poco cansado decidió acostarse para descansar un rato, y se durmió para nunca despertar. Murió mientras dormía en su casa de la pequeña aldea de Chao das Donas, en O Bolo (El Bollo). Su fallecimiento inundó de tristeza el valle donde tenía amigos por todas partes.
Un joven lleno de luz
Jaime era el mejor embajador de su aldea, un joven enamorado de su territorio que siempre que podía hacía de anfitrión. Por eso siempre estaba rodeado de amigos, que ahora le recuerdan como una persona feliz. “Era alguien lleno de luz, de proyectos y de amigos”, afirman en su entorno.
Jaime trabajaba con su hermano y su primo en la cantera de A Rúa de Valdeorras, donde vivía entre semana. De profesión labrador, llevaba desde los 16 años empleado en ese duro trabajo. Algo que nunca ensombreció su carácter afable y su buen humor, siempre con una sonrisa en el rostro.
Jaime trabajaba en la misma cantera donde se jubilaron su tío y su padre, en ese trabajo que ya era como una tradición familiar. Sus compañeros, al conocer su fallecimiento, quedaron en estado de shock. Hoy recuerdan con añoranza los chistes que siempre solía contar para animarles el día.
Sus dos grandes pasiones
El director de producción de la empresa, Daniel León, ha expresado públicamente el dolor por la muerte de Jaime: “Era un trabajador con una larga trayectoria, muy conocido y apreciado. Se incorporó muy jovencito siguiendo la estela de su padre, José, y su hermano mayor, José Manuel”.
Como recoge La Voz de Galicia, Jaime tenía dos grandes pasiones que compaginaba con su amor por los quads. Una era su sobrino, hijo de su hermano mayor, con el que pasaba las horas siempre que podía. La segunda era el fútbol y en especial el Barça, el equipo de sus amores.
Tanto sentía los colores del Barcelona que llegó a visitar la ciudad condal en varias ocasiones para ir al Camp Nou. Estos días todos se han acordado de él con lágrimas en los ojos y mensajes en las redes sociales. El martes fue enterrado en la iglesia de su aldea, acompañado por sus seres queridos.