En octubre de 2017, un telescopio hawaiano descubrió un peculiar asteroide cuando pasaba cerca del Sol. Los astrónomos se sorprendieron de las características del asteroide y que su trayectoria no estaba ligada gravitacionalmente al sistema solar. Habían descubierto el primer cuerpo interestelar de nuestro sistema que se había originado fuera de él. Se le dio el nombre hawaiano ‘Oumuamua’, el explorador.
Los astrónomos creen que los cometas y los asteroides son restos de otros planetas que se han desintegrado y el sistema planetario lanza los fragmentos fuera de él. Así sucedería en nuestro sistema solar y quizás en otros universos. Estudiarlos ofrecería el objetivo de comparar las similitudes y diferencias en la formación del sistema planetario. Hasta ahora, sin embargo, ha sido imposible: las supuestas grandes poblaciones de cometas y asteroides que se encuentran en otros sistemas están muy lejos y sus miembros individuales son débiles y no se pueden observar en condiciones.
Oumuamua podría ser la clave, pero se desconfía su origen
La NASA y algunas universidades tecnológicas norteamericanas han presentado mucho interés, aunque ha sido muy difícil estudiarlo, porque se movía tan rápido que rápidamente se volvió demasiado distante y débil para detectarlo. Sin embargo, las observaciones que se completaron encontraron que era de color rojizo, sin características espectrales aparentes y sin signos de gas o polvo. Los expertos sugieren que podría ser algo así como un asteroide primitivo. Lo más notable de todo es que, al girar su figura, reveló que tiene una forma muy alargada: seis veces más larga que ancha.
En el intento de seguir su dirección ha sorprendido su velocidad y que no tiene señal infrarroja que indicaría que no es un cometa. La NASA calcula que, dependiendo de su composición y reflectividad exactas, Oumuamua tiene entre 240 metros y un kilómetro de largo, el tamaño de un transporte de larga distancia. La gran roca ahora se aleja hacía un borde del sistema solar que ninguno de los telescopios lo puede ver bien y se va como un misterio interestelar
Una antigua nave extraterrestre que ha naufragado en la galaxia
Puede volver a dirigirse la Tierra a lo largo de los próximos años y mientras, los astrónomos del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica piensan que podría tratarse de una nave extraterrestre a causa de sus cambios de velocidad, su trayectoria y su forma. El director del centro, Abraham Loeb sostiene en declaraciones a Universe Today que las condiciones del asteroide hacen creer del origen artificial de la roca. Hay varias hipótesis. La primera «una vela luminosa que flota en el espacio como un escombro de un equipo tecnológico avanzado».
La segunda teoría es muy misteriosa, porque se trataría de «una sonda totalmente operacional enviada intencionadamente a las proximidades de la Tierra por una civilización alienígena para explorar nuestro sistema solar aunque podría estar inactiva porque no se reciben señales de radio».
El profesor Stephen Hawking opinó en su momento que «los investigadores que trabajan en el transporte espacial de larga distancia han sugerido que la forma de un cigarro es la arquitectura de una nave espacial interestelar más probable, ya que esto minimizaría la fricción y el daño del gas interestelar». Se asemejaría a las características del asteroide Oumuamua.