El próximo 13 de septiembre está previsto que se celebre el Toro de la Vega, una popular festividad taurina en Tordesillas (Valladolid). Sin embargo, no está tan claro que el polémico evento vaya a celebrarse. Por primera vez, el Gobierno de España ha tomado cartas en el asunto.
El ministerio de Asuntos Sociales ha enviado un escrito a la Fiscalía de Medio Ambiente pidiendo que se suspenda de manera cautelar. La petición lleva el sello de Lilith Verstrynge, secretaria de Estado para la Agencia 2030. Y de Sergio García Torres, director general de Derechos de los Animales.
El Toro de la Vega lleva muchos años en el punto de mira de los animalistas por la crueldad con la que tratan al animal. La fiesta tiene un origen medieval, y consiste en la caza y persecución de la res en un espacio abierto. El animal es rodeado por una multitud y lanceado hasta la muerte.
Piden la suspensión cautelar
El diario Público ha sacado a la luz el documento en el que el Gobierno pide a la Fiscalía la cancelación del evento. El texto deja claro que el objetivo de la medida es evitar el maltrato del animal. “Es un caso de gravedad extrema y de maltrato animal que no se debe seguir dando”, dice Verstrynge.
La secretaria ha recordado que la Agenda 2030 de la ONU exige “ir a un paso de sintonía con el mundo animal”. Añade que “este es un momento perfecto para decir que la tauromaquia no puede ser patrimonio cultural”. El deber del Gobierno, aclara, es “proteger a los animales”.
Hay que recordar que el Toro de la Vega es una fiesta considerada de interés turístico y espectáculo taurino tradicional. Sin embargo, hace ya algunos años que la brutalidad del festejo levantó una fuerte polémica. Por eso se adaptó, y desde 2016 está prohibido matar al toro en público.
Contra el maltrato animal
Según ha explicado Sergio García Torres, han pedido al órgano competente “que inicie medidas cautelares para que no se pueda realizar”. A su salida de la Fiscalía, ha pedido “que no se pueda agredir ni generar este evidente maltrato animal”. Y confía que la medida salga adelante.
Precisamente esta sería la primera edición del Toro de la Vega después de la pandemia. La Junta de Castilla y León aprobó en 2016 la prohibición de “herir, pinchar, golpear, sujetar o tratar de cualquier otro modo cruel a las reses”. El ayuntamiento de Tordesillas modificó el reglamento para sortear la prohibición.
En virtud de estos cambios, los participantes no pueden llevar las clásicas lanzas de tres metros. En cambio, sí pueden agredir al animal con las llamadas divisas, unos puñales de hasta 9 centímetros. Pueden clavárselo al animal hasta en siete ocasiones, y el toro no puede morir en público.
Piden el fin de estos festejos
La medida del Gobierno de Pedro Sánchez ha causado una fuerte controversia con el ayuntamiento, gobernado por PP y Vox. El Ministerio de Asuntos Sociales ha recordado que el apuñalamiento del animal también va contra las normas taurinas. Por lo tanto, consideran que no debe celebrarse.
“Unas fiestas felices y populares lo pueden ser también sin el maltrato animal”, ha afirmado la ministra Ione Belarra. La pelota está ahora en el tejado de la Fiscalía, que deberá tomar una decisión antes del 13 de septiembre. Supondría la primera prohibición oficial de este polémico festejo taurino.
La polémica estalla en pleno debate sobre los festejos taurinos en España, debido al aumento de los accidentes este verano. Varias festividades con vaquillas han reforzado las medidas de seguridad. Pero las organizaciones animalistas lo ven insuficiente, y piden la prohibición de estos actos.
Recientemente, el partido animalista PACMA publicó las duras imágenes de los sollozos de un toro embolado. Pretendían así concienciar a la población española del sufrimiento de estos animales durante los festejos. Las imágenes fueron grabadas en los festejos de Museros, Valencia, el 18 de agosto.