Que el plástico es un problema que nos incumbe a todos es una afirmación que ya no cuestiona casi nadie. Ocho millones de toneladas acaban en los océanos cada año, según la ONU. Esto es una amenaza para la vida marina, para nuestra cadena alimentaria y para todo el planeta...
«No necesitamos plástico. Es nuestra dependencia y el uso que hemos hecho de él lo que se ha convertido en un problema», dice la inventora Lyci Hughes. Esta reflexión llevó a esta joven británica a buscar opciones. Se planteó qué se podría hacer con las toneladas de desechos que deja la industria pesquera... Y el resultado es un bioplástico, resistente y biodegradable.
Lucy Hughes, una graduada en diseño de productos de la Universidad de Sussex de 24 años, ha ganado el prestigioso premio internacional James Dyson por desarrollar MarinaTex, un bioplástico hecho con desechos de pescado que podría reemplazar el plástico de los envases de alimentos y bebidas.
MarinaTex - a bioplastic made from fish waste
Plástico a partir de desechos de pescado
El MarinaTex es una lámina de material translúcida, flexible y más resistente que el plástico convencional lo que lo hace adecuado para envases de un solo uso y se descompone de forma natural en un tiempo récord de entre cuatro a seis semanas.
Este bioplástico se realiza tomando la piel y las escamas de los pescados y extrayendo y ligando sus proteínas con algas rojas. Al contrario que el plástico tradicional, que requiere en su fabricación altas temperaturas y combustibles fósiles, MarinaTex puede fabricarse con temperaturas inferiores a 100 grados y no requiere de demasiada energía ni tecnología.
Actualmente, el proyecto aún se mantiene en una escala muy pequeña, sin embargo, se estima que el material de desecho de un bacalao podría producir aproximadamente 1.400 bolsas de MarinaTex.