La fiscalía de San Luis de Potosí (México) investiga el caso de una niña de 3 años que fue declarada muerta y despertó en su funeral. Desgraciadamente, la menor murió por segunda vez mientras era trasladada al hospital. Los familiares denuncian ahora que la niña murió por una negligencia médica.
Los hechos ocurrieron el pasado 17 de agosto, durante el funeral por el alma de la pequeña Camila Roxana. La niña de 3 años fue declarada muerta en un hospital de la región, al parecer por deshidratación. Doce horas después, mientras realizaban el velatorio, notaron algo inusual.
La madre de la niña advirtió que su hija estaba respirando y solicitaron la asistencia médica. La niña fue trasladada en ambulancia a un hospital, pero un retén en la carretera retrasó su llegada y acabó muriendo. Los familiares de Camila han levantado la voz pidiendo justicia y que se investigue el caso.
Certificado de defunción por deshidratación
Mary Jane Mendoza, una mujer de 20 años, estaba velando el cadáver de su hija el pasado jueves. De pronto notó que su hija aún respiraba a pesar de haber sido declarada muerta. La niña cayó enferma unos días antes con vómitos, fiebre y diarrea, que desencadenaron una grave deshidratación.
Camila acababa de cumplir los tres años y estaba a punto de empezar la guardería, algo que vivía con mucha emoción. Preocupada por los graves síntomas de su hija, la mujer la llevó al Hospital Comunitario de Salinas. Le dieron medicación y le dijeron que estaba bien y que podía ir a casa.
Pero su estado empeoró y tuvo que volver al hospital horas después, cuando un médico les comunicó que había muerto. “Cuando agarré su cuerpo la niña me abrazó, yo le dije al doctor que seguía viva pero él me contestó que la soltara”, explica. Entonces recibió el certificado de defunción.
Notaron algo extraño en el funeral
Según el certificado de defunción, Camila murió por deshidratación severa, diarrea aguda y un shock hipovolémico. Los familiares llevaron el cuerpo de la menor de vuelta a su pueblo, y organizaron un velorio apresuradamente. Pero había algo extraño, ya que el tono de la piel de la niña no palidecía.
La madre de la niña notó que movía sus ojos, pero sus allegados no le dieron importancia. “Es normal, estás pasando por un momento muy traumático”, le dijeron, y le recomendaron que se hiciera a la idea de que había muerto. Fue entonces cuando se dieron cuenta de un detalle espeluznante.
El cristal del ataúd se había empañado, como si alguien estuviera respirando dentro de la caja. Llamaron a la enfermera del pueblo y esta constató que la niña presentaba signos vitales. Entonces llamaron a la ambulancia y la trasladaron al hospital, pero fue declarada muerta por el camino.
La niña murió por segunda vez
El segundo certificado de defunción establece que Camila murió de muerte cerebral. Su madre siente que “es culpa del doctor, que me la entregó como muerta y así pasó varias horas en la caja”. La familia lamenta que la niña podría haber sobrevivido con una adecuada asistencia médica.
La fiscalía se ha pronunciado esta misma semana, informando que ya hay una investigación en marcha. Según el fiscal, José Luis Ruiz Contreras, están investigando a los médicos del hospital que certificaron la defunción. También a los trabajadores de la funeraria donde fue velada la niña.
De momento no se ha determinado si fue una negligencia de los médicos o de la funeraria. Pero han solicitado a los familiares de la niña que se acerquen a la oficina del fiscal para relatar lo ocurrido y ofrecer detalles que puedan ayudar a la investigación. En función de eso tomarán medidas.