El 19 de junio del año pasado, un chico de 20 años llamado Gabriel Kraus fue asesinado en plena calle en Chamartín, Madrid. Desde entonces, la policía ha llevado a cabo una ardua investigación para identificar a los culpables. El esfuerzo ha dado sus frutos y los culpables ya están entre rejas.
A sus veinte años, Gabriel Kraus era ya una joven promesa del boxeo con un brillante futuro por delante. Este boxeador de origen brasileño había representado a España en numerosas ocasiones. La noche de los hechos estaba de fiesta con unos amigos cuando fue provocado por unos pandilleros.
Gabriel plantó cara a los agresores y recibió varias puñaladas que acabaron con su vida. Tras muchos meses de incertidumbre, la familia de Gabriel recibió a finales de julio la llamada que estaban esperando. “Tenemos novedades”, les dijo la investigadora del grupo policial al mando del caso.
Se negó a hacer el saludo
Todo empezó la noche del 19 de junio de 2021, cuando Gabriel se encontraba de fiesta en casa de un amigo. Se trata de unos bajos que la familia de su colega había alquilado en el barrio madrileño de Prosperidad. Gabriel estaba en la puerta con más amigos cuando pasó por la calle un grupo de chavales.
Se produjo un encontronazo tras el cual los pandilleros abandonaron el lugar, para volver un rato después. Volvieron con refuerzos y exigieron a Gabriel que profesara el saludo típico de esas bandas, un “bajar patria”. El joven les plantó cara y se negó a responderles, lo que fue visto como un desafío.
Acto seguido los pandilleros sacaron sus cuchillos y agredieron mortalmente a Gabriel. El joven presentaba varias heridas, dos de ellas mortales de necesidad, y murió antes de que llegaran las asistencias médicas. La policía inició una investigación que ha concluido con éxito un año después.
Se defendió hasta el final
La policía llamó al padre de Gabriel, Gilberto, a finales de julio anunciando que tenían novedades. Los agentes acudieron a su casa para explicarle que habían detenido a los pandilleros que agredieron a su hijo aquella fatídica noche. Los arrestados son nueve jóvenes, cinco de ellos menores de edad.
Pertenecen a los Dominican Don’t Play, una de las bandas latinas más activas y sangrientas de las que actúan en Madrid. De los cuatro mayores de edad tres de ellos se encuentran en prisión. De los cinco menores, cuatro permanecen en centros de internamiento acusados de homicidio y pertenencia a organización criminal.
Los investigadores han explicado a Gilberto que su hijo presentaba heridas de defensa en los brazos. “Se defendió, pero llegó un momento en el que no pudo más ya que eran muchos contra uno solo”, explica el propio padre. Murió desangrado por dos heridas letales en el pecho y el abdomen.
Vidas destrozadas
El grupo 22 de la Brigada Provincial de Información lleva meses reuniendo pruebas contra los autores de la muerte de Gabriel. Varios de los arrestados han admitido haber participado en el crimen, y dos de ellos han confesado ser los autores materiales. Ahora ya están en manos de la justicia.
La policía ha podido resolver este caso gracias a las imágenes de las cámaras de seguridad y a las pruebas de ADN. Los investigadores revisaron más de cincuenta grabaciones y hallaron un cuchillo ensangrentado cerca de la escena. También encontraron prendas de ropa de los arrestados.
La detención de los asesinos supone un alivio para la familia de Gabriel, que lleva un año viviendo una pesadilla. La madre del chico tuvo que abandonar España por falta de medios, y ha seguido la investigación desde Brasil. “Nos alegramos de que los atraparan, pero nuestra vida está destrozada”, afirma el padre.
La familia de Gabriel llegó a España cuando él y su hermano eran pequeños, y emigraron precisamente buscando un entorno más seguro. El chico se estaba preparando con máxima ilusión para volver al ring después de la pandemia. Además soñaba con ser periodista deportivo, pero todo se truncó aquella noche.