El pasado 7 de diciembre, Kris Thompson e Iboyla Adam, de 32 y 35 años respectivamente, acudieron con su hija al médico. Hailey Thompson, de 22 meses, tenía secreción nasal y tos. Sus padres optaron por que la revisaran en el centro de salud de Wigan Lane, Mánchester.
Una vez allí, el médico responsable de la visita le recetó antibióticos a la bebé. Sin embargo, esta presentó una reacción alérgica y tuvieron que suspender el tratamiento, así lo explica el diario Daily Mail.
La bebé no respondía al tratamiento indicado
A la semana siguiente volvieron a acudir al médico. En esa ocasión diagnosticaron a la pequeña con una infección viral. Esta vez le recetaron Paracetamol y mandaron a Hailey para casa.
Sin embargo, al día siguiente, el 18 de diciembre, encontraron a la pequeña respirando con dificultades en la cama. El padre de la niña llamó a una ambulancia, pero la respuesta a su llamada fue que había dos horas de espera. El señor Thompson decidió llevar a su hija personalmente a Urgencias.
Allí atendieron a Hailey. El médico le revisó la presión arterial, sin embargo no pudo revisar las amígdalas de la pequeña. En el hospital estaban teniendo un día muy ajetreado, por lo que enviaron una vez más a la niña para casa.
Volvieron a recetarle Paracetamol. Añadieron que la mantuvieran hidratada y si no mejoraba en un plazo de tres días volviera el hospital. Sin embargo, no hubo tiempo para eso.
Unos padres completamente desolados
No llega a 24 horas después, cuando la encontraron inconsciente en su cama. El padre de Hailey intentó hacerle la maniobra de reanimación cardiopulmonar hasta que llegase la ayuda que estaba en camino. Trasladaron a la niña en ambulancia al hospital, sin embargo no pudieron salvar su vida.
Hasta el día 28 de diciembre, no se podía realizar el examen post mortem. Por lo que la familia tuvo que esperar mucho hasta poder empezar a tener respuestas sobre lo que le ocurrió a su hija.
Los padres se encuentran desolados. Llevaron a su hija al hospital y horas después ya no estaba con ellos.
Kris Thompson declaró: “No podemos creer que hayamos perdido a nuestra pequeña niña. Todo ocurrió tan rápido. Algo en su cuerpo tomó el control de ella”.
Además, los progenitores añadieron que necesitaban respuestas. No entienden cómo su hija, que estaba sana, pudo morir de esa forma tan repentina. Se quejan de que el hospital no se tomó el caso de su hija lo suficientemente en serio, y ahora tienen que llorar su muerte.
Algo que destacan y denuncian es la falta de pruebas a su hija que podrían haber ayudado a determinar qué le ocurría. “¿Por qué no se hizo la prueba de estreptococo A, escarlatina o covid, por ejemplo?”.
Por su parte, desde el hospital expresan que se encontraban en un día muy ocupado y más tarde declararon un ‘incidente crítico’.
Ahora, los padres se encuentran a la espera de los resultados de la autopsia, que ayudarán a saber mejor qué le sucedió a su pequeña. Desgraciadamente, ninguna respuesta aliviará todo el dolor que está atravesando la familia en estos duros momentos.
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