Antonia, una mujer de 60 años, fue asesinada el pasado domingo por su hijo. Este le propinó una brutal paliza que terminó con su vida. Sucedió en El Molinillo, un barrio situado en el centro de Málaga.
Vanessa, la hija de Antonia, estuvo llamando a casa de su madre desde las cuatro de la mañana del domingo. Estuvo sonando todo el tiempo, Vanessa, de 37 años, oyó el tono de algunas llamadas. Lo que pensó fue que su hermano estaría borracho y que por eso no estaba respondiendo.
La mujer siguió insistiendo sin parar, hasta que a las ocho de la mañana el teléfono descolgó. Al otro lado de la línea telefónica se encontraba su hermano José, de 39 años.
Una contestación que hizo saltar todas las alarmas
“Gorda, no te asustes. He pegado a mamá un palizón que no veas, le he puesto los dos ojos morados. Ven al Duque a recogerme y vamos los dos para arriba”.
Esa fue la siniestra contestación que obtuvo Vanessa de su hermano.
‘El Duque’ al que se refirió el hermano es un salón de juegos ubicado en el mismo barrio en el que vive la familia. Al oír el mensaje de su hermano Vanessa se marchó corriendo hacia el lugar, sin poder creerse lo que había pasado. Una vez en el local halló a José en la misma puerta tomando una cerveza.
El hombre saludó a su hermana con dos besos y ella comenzó a llorar. Vanessa se dirigió hacia el interior de la casa. Una vez entró se encontró con lo peor.
Halló a su madre en el sofá, con su cuerpo completamente lleno de moratones. En ese momento a Vanessa le dio la impresión de que su madre exhalaba, como si hubiera reaccionado al ver que su hija había llegado. “Yo creo que estaba casi en coma, o algo así, y pensó: 'Ya está aquí mi hija'".
El hermano de Vanessa le pidió que le ayudara a ocultar lo que había hecho. Le comentó que no realizara ninguna llamada a la policía.
Lo que le propuso fue avisar a un médico para posteriormente contar que habían entrado a robar a la vivienda y que el ladrón había atacado a su madre, explica Vanessa. La mujer, por su parte, le dijo a José “vete al cuarto, que no llamo a nadie”. Sin embargo, mintió y dio el aviso a la policía.
Los servicios de emergencia sanitarios se presenciaron en el lugar. Allí intentaron salvar la vida de Antonia, la cual no había muerto en el acto. La mujer falleció a causa de la brutal paliza, pero después de recibir los golpes aún permanecía con vida.
Sin embargo, las lesiones internas causadas por la agresión, acabaron con su vida. Los resultados de la autopsia señalaron que Antonia había sufrido diversos traumatismos craneales.
José golpeó a Antonia contra la pared y la barandilla de la escalera
Según la investigación policial, quien llevó a cabo la reconstrucción de los hechos, José habría golpeado a su madre contra la pared. Además, también lo habría hecho contra la barandilla de la escalera y también la habría arrastrado por el suelo.
El presunto culpable, una vez presente en comisaría, confesó haber dado a su padre un par de puñetazos. José explicó su versión de los hechos.
Sin embargo, aunque José hubiese ocultado el asesinato o no se lo hubiera confesado a su hermana, tenía la mano todavía hinchada por los golpes. Esto lo hubiera delatado de igual manera. En el juzgado, el hombre optó por no declarar.
Vanessa estaba muy unida a su madre. A pesar de no vivir ya con ella, la hija iba a casa de Antonia a menudo para visitarla. Según el entorno de Antonia, esa vez no fue la primera y única ocasión en la que José pegó a su madre.
“Yo le tenía susto, a mí también me amenazaba, pero ella no quería que lo denunciara. 'Por favor, hazlo por mí', me decía. Es muy buena”, comentaba Vanessa tras el espantoso suceso.
Una mujer “luchadora” y “muy trabajadora” que murió a manos de su hijo. Según explicó José a la policía, ese día tuvo una disputa con su madre por dinero que echó en falta. Para la policía, eso sería lo que detonó el crimen fatal.
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