Anna, una chica de tan solo 21 años, es la víctima número 30 de la violencia de género en España este 2022. Así lo ha confirmado el Ministerio de Igualdad, tras haber recabado toda la información sobre el suceso. La víctima apareció muerta este miércoles en el piso de su novio en Campdevànol (Girona).
La investigación ha revelado detalles escalofriantes que muestran el infierno que vivió la víctima durante meses. La víctima presentaba múltiples heridas inciso-contusas por todo el cuerpo. La policía investiga si la víctima fue sometida a malos tratos de forma continuada durante varios días.
También investigan si pudo ser víctima de una agresión sexual por parte de su pareja. Tras su muerte se esconde una triste historia de adicción a las drogas y violencia machista. El presunto autor del crimen, Alberto, es un hombre de 36 años con antecedentes por violencia de género.
Aislamiento, amenazas, palizas
Según han explicado fuentes del entorno, Anna era una chica normal hasta que Alberto la introdujo en el mundo de la droga. Fue hace apenas un año, cuando aquella joven risueña y que apenas probaba la bebida empezó a drogarse. Desde entonces, su vida ha sido un auténtico infierno.
Justo ahora empezaba a ver la luz al final del túnel, ya que esta semana tenía cita para la primera sesión en un centro de desintoxicación. Pero el miércoles apareció muerto en el piso de su novio. Llevaba doce meses aislada, sufriendo los insultos, las amenazas y las palizas de Alberto.
El miércoles, a las dos y media de la tarde, los Mossos d’Esquadra recibieron un aviso en la calle Puntarró, en Campdevànol. Allí yacía muerta Anna, aunque la hora de la muerte y las causas siguen siendo una incógnita. Están a la espera de la autopsia para esclarecer las circunstancias del fallecimiento.
La extraña versión de Alberto
El joven dijo a la policía que Anna se había hecho las heridas cayéndose con la bici. Que le administró un medicamento para el dolor, y que a partir de ahí no sabe cómo murió. Su versión estaba llena de lagunas y contradicciones, así que los agentes procedieron a su detención.
La última vez que la vieron con vida fue el sábado, en las fiestas del pueblo, visiblemente drogada. Aunque aún vivía con sus padres en Ripoll, a menudo iba a dormir a casa de su novio donde ha aparecido muerta. La investigación tendrá que aclarar cómo fueron sus últimas horas con vida.
La tragedia ha provocado una profunda conmoción en Campdevànol, cuyo ayuntamiento ha decretado tres días de luto oficial. La institución ha condenado los hechos y ayer se hizo una concentración de rechazo. También se ha decretado luto en Ripoll, el pueblo de donde era la víctima.
Una historia de violencia
Anna no acabó los estudios básicos ni tampoco encontró trabajo estable. Era una chica sencilla y humilde, sin sueños de grandeza, que mataba el tiempo quedando con sus amigas, yendo a tomar algo o viendo el fútbol. Cuando conoció a Alberto cayó en las drogas, y todo empeoró.
La chica adelgazó de manera preocupante y empezó a distanciarse de sus amigas. Su novio la fue aislando de su entorno, ejerciendo un control total sobre ella y prohibiéndole que viera a sus allegados. Incluso protagonizó escenas de violencia física en la calle, como atestiguan varias personas.
Le vieron cogiéndola del brazo o metiéndola en su coche por la fuerza. Peleaban a menudo y rompían, pero ella estaba obsesionada con él y siempre le acababa perdonando. Su entorno le advirtió varias veces que aquello acabaría mal, y finalmente, ella decidió dar el paso para salir de las drogas.
Demasiado tarde, porque según la principal hipótesis de la policía, fue sometida a varios días de agresiones hasta morir. Las víctimas de la violencia de género tienen a su disposición el teléfono 016 las 24 horas del día. También el correo [email protected].