Esta semana hemos hablado de la temporadahistórica y excepcional de huracanes que está viviendo el Atlántico. Pero lo que ha pillado a todo el mundo por sorpresa es la formación de un pequeño ciclón en el Mediterráneo. En concreto, una potente borrasca ubicada justo entre Grecia e Italia ha derivado en una tormenta prácticamente tropical estas últimas horas, y se prevé que los próximos días se convierta en un huracánmediterráneo, ‘Medicane’, que ya tiene nombre: ‘Casilda’, o ‘Ianos’ en griego.
En estos momentos se encuentra sobre del mar, pero la previsión indica que llegaría a Grecia de cara a este mismo viernes, 18 de septiembre, con unos ingredientes muy preocupantes: lluvias de entre 200 y 400 l/m² en pocas horas (localmente hasta 500) y vientos huracanados de hasta 200 km/h.
Si se cumplen al pie de la letra las previsiones, estaríamos ante una situación muy peligrosa que comportaría graves inundaciones y desperfectos en Grecia. Todo ello en un contexto agraviado por la pandemia del Coronavirus y las malas condiciones en las que se encuentran miles de refugiados en la zona. Tendremos que seguir con mucha atención la evolución de este ‘Medicane’ y sus consecuencias.
¿Qué es un 'Medicane'?
El nombre de 'Medicane' proviene de la unión de las palabras en inglés 'Mediterranean Hurricane' y se creó para definir los pequeños huracanes que se pueden formar excepcionalmente en nuestro mar. No son fenómenos, ni mucho menos, tan extremos como los que se viven en las zonas tropicales del Atlántico, por ejemplo, pero el Mediterráneo cada vez se calienta más por el cambio climático y en otoño reúne ingredientes que hacen que estos mini huracanes sean más frecuentes con el paso de los años.
Un 'Medicane' se forma cuando una profunda perturbación choca con el agua muy caliente de finales de verano y principios de otoño en el Mediterráneo. Con presiones atmosféricas muy bajas y muy de aire frío en altura, la borrasca choca de pleno con esta agua muy cálida, lo que hace que se alimente más y se profundice. En estos casos más extremos, y siguiendo el mismo proceso que el de los ciclones atlánticos, acaba formando un pequeño huracán.
En el caso del ‘Casilda’, la perturbación se ha encontrado un mar muy cálido, de entre 27º y 28º. Un agua extremadamente caliente después de un verano tórrido que se convierte en un caldo de cultivo para la formación de potentes borrascas o, en este caso, de un mini huracán que tendremos que ver cómo acaba comportándose.