La primera quincena de este año, en la que amplias zonas de la Península registraron una ola de frío de magnitud intensa, ha sido la más fría desde 1985 y la segunda desde 1961, año en el que comienzan los registros. La temperatura media en la España peninsular durante esta quincena fue de 1,6ºC centígrados, es decir, 4,2ºC por debajo de lo normal, ha detallado, Rubén Del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), quien avanza los primeros resultados del estudio de la ola de frío.
Filomena dejó registros nunca antes vistos
Asimismo, también ha observado, que las temperaturas mínimas y las máximas estuvieron hasta 4 y 4,4 grados centígrados respectivamente por debajo de lo normal para esta época del año. La ola de frío polar que afectó a amplias zonas de la Península, tras el paso de la borrasca Filomena, dejó registros nunca vistos, con 4 días consecutivos de avisos rojos por mínimas de hasta 25 grados bajo cero y una duración de 10 días, convirtiéndola en una de las más duraderas de las últimas décadas.
¿Cuándo se considera ola de frío?
Según la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) se define como un episodio de, al menos tres días consecutivos, en que como mínimo el 10% de las estaciones meteorológicas consideradas como oficiales registran temperaturas mínimas por debajo del percentil del 5% de su serie de temperaturas mínimas diarias de los meses de enero y febrero del periodo 1971-2000.
Pero esta definición es muy compleja, el caso es que se determinan unos valores de referencia que si se superan, se establece como temperatura digna de ola de frío. Por ejemplo, en la ciudad de Madrid, unas temperaturas mínimas de menos de -1,4ºC en el centro de la ciudad durante 3 días o más, o la ciudad de Zaragoza el valor es de -3ºC, sería considerado ola de frío.
¿Cómo se producen olas de frío?
Según la Wikipedia, la definición se hace más entendedora y simple, explicado de forma muy general. Las olas de frío de invierno tienden a explicarse más que por la simple invasión de aire de zonas normalmente muy frías, regiones manantiales del aire frío, por el anterior enfriamiento de la masa de aire en esos lugares y su movimiento hacia las latitudes más al sur o norte, dependiendo el hemisferio.
Las entradas o advecciones de aire frío se producen casi exclusivamente cuando la trayectoria mediana seguida por los vientos del oeste de latitudes medianas o 'westerlies' llamados en América, consigue su máximo descenso en latitud, lo cual tiene lugar durante los meses de invierno, y además su índice de circulación zonal es muy bajo o hay una situación de bloqueo de esta circulación.
Debe tenerse en cuenta que no todas las inversiones o advecciones de origen septentrional resultan acaban siendo verdaderas olas de frío. Esta denominación suele reservarse exclusivamente a aquellas que conducen a una disminución excepcional de la temperatura, y sobre todo, durante más de 3 días consecutivos. Además de eso, también es capaz de dejar una señal importante en el entorno natural y provocar alteraciones en el paisaje humano, razón por la cual llegan a trascender a los medios de comunicación y generar un impacto en la opinión pública. Implican problemas en la población.
Con respecto a la Península ibérica, la llegada de masas de aire de latitudes altas son posibles durante todo el año. Sin embargo, el mayor número de invasiones de este tipo tiene lugar entre noviembre y abril y, especialmente en los meses de diciembre, enero y febrero, mientras que son muy poco frecuentes durante los meses de verano y excepcionales en el mes de julio.