La desaparición de Sandra Bermejo sigue siendo un gran misterio para los investigadores. La madrileña de 32 años residente en Gijón desapareció el 8 de noviembre en la zona del Cabo de Peñas. Trece días después, una nueva pista podría dar un giro a lo que se creía hasta ahora.
La policía trabajaba con la hipótesis principal de una caída accidental en los acantilados de La Gaviera. Pero han estado varios días buscándola por allí con medios aéreos, marítimos y terrestres, y de momento no han encontrado nada. Por eso no descartan otra opción, que ahora está ganando peso.
Según ha adelantado Espejo Público, Sandra podría haberse subido a un coche la tarde en la que desapareció. Ahora están revisando las cámaras de seguridad y anotando las matrículas de los coches que estaban estacionados en el párking. Mientras, el juez ha decretado el secreto de las actuaciones.
Su cuerpo aún no ha aparecido
Hay que recordar que Sandra dejó de dar señales de vida la tarde del martes 8, y que al día siguiente denunciaron su desaparición. El viernes por la mañana encontraron su coche abandonado en el párking cercano a un restaurante. Dentro había su mochila con sus cosas y su documentación.
Solo faltaba el teléfono móvil, cuya última señal marcaba la ubicación de los acantilados de La Gaviera. Era una amante de la naturaleza y solía ir a esta zona a pasear, pero ese día hacía mal tiempo. Por eso la hipótesis principal desde un principio es que fue allí a dar una vuelta y tuvo una caída accidental.
Durante todos estos días, un amplio dispositivo la ha buscado por tierra, mar y aire, pero sin resultados. Esperaban que el oleaje sacara el cuerpo a la superficie a finales de la semana pasada, pero no fue así. Y con el paso de los días han ido apareciendo nuevas pistas que podrían cambiarlo todo.
Dudas sobre la hipótesis principal
Una persona muy conocedora de la zona donde buscan a Sandra lanzó hace unos días una interesante teoría. La hipótesis principal apunta que la chica llegó al acantilado sobre las cinco de la tarde. Pero según este experto, a esa hora ya ha oscurecido y nadie va a pasear allí tan tarde.
Desde el principio ha sobrevolado también la posibilidad de que Sandra se quitara la vida. Pero la joven tenía una vida social activa, estaba satisfecha con su trabajo y tenía una importante cita en la agenda. Por eso sus amigas y sus familiares han descartado siempre una desaparición voluntaria.
La policía ya advirtió que si había caído al agua, la búsqueda podría demorarse varios días. Pero ya han pasado varias jornadas y el hecho de que no haya aparecido empieza a parecer extraño a los rastreadores. La última pista añade aún más incógnitas en esta extraña desaparición.
La hipótesis que gana fuerza
El programa Espejo Público de Antena 3 adelantó hace unos días que Sandra contaba con un admirador. Un joven que le dejó una foto firmada que ella recogió en una floristería de confianza semanas antes de su desaparición. Según esta información, el joven sería un deportista de la zona.
Ahora, el mismo programa lanza la información de que Sandra podría haberse subido a un coche aquella tarde. Los investigadores están revisando las placas de las matrículas de los coches que aparcaron allí aquel día. La joven habría llegado al Cabo de Peñas, se habría bajado de su coche y habría subido al otro.
No han dado más información sobre esta teoría, pero esto ofrecería un sinfín de nuevas posibilidades. Y lo que es más importante, abriría la posibilidad de que Sandra siguiera con vida, a diferencia de lo que se pensaba hasta ahora. La gran incógnita sería qué pasó con ese coche después.
Sandra Bermejo llegó hace dos años a Gijón empujada por su amor a la naturaleza y su nuevo trabajo como psicoterapeuta. Su familia sigue aguardando novedades con una gran angustia, y piden dejar trabajar a la policía. Los días van pasando, pero ahora se abren nuevas esperanzas de un final feliz.