Sigue la consternación por el accidente ferroviario que se ha cobrado la vida de un hombre de 50 años en Rábade (Lugo). El fallecido es Alejandro Fernández Bolaño, un mecánico natural de A Pontenova y residente en Lugo. Allí era conocido por regentar el taller AlexCar en el barrio de A Residencia.
Alejandro aprendió el oficio de mecánico en el instituto de As Mercedes, y llevaba toda la vida dedicándose a ello. En su localidad natal cunde el dolor por la repentina muerte de este vecino. Se trata de un duro golpe para su familia, ya que el pasado mes de abril Alejandro había perdido a su padre.
Los restos mortales de su padre descansan en el cementerio de Vilarxoane. Alejandro será despedido este jueves en el tanatorio de la Funeraria Lourido de A Pontenova, y mañana será enterrado. Mientras, las autoridades siguen investigando el desgraciado suceso en el que ha muerto fatídicamente.
Arrastrado cientos de metros
El accidente tuvo lugar ayer en un paso a nivel sin barreras de Rábade, cuando un convoy de mercancías arrolló la furgoneta de Alejandro. Eran las once y veinte de la mañana cuando el vehículo cruzaba el paso a nivel de O Cruceiro. Se trata de un sitio sin barreras cerca del cementerio.
El tren de mercancías arrastró la furgoneta durante casi 600 metros, hasta que detuvo su marcha encima del puente sobre el río Miño. El tren de la compañía Captrain medía 250 metros de longitud y estaba formado por 14 vagones sin carga. Realizaba el trayecto entre Valença do Minho, en Portugal, hasta Lugo.
La empresa privada Captrain se dedica a la logística y el transporte vinculados al ferrocarril. El impacto contra el coche fue brutal y Alejandro, el único ocupante, murió en el acto. Los servicios de emergencia identificaron el cadáver y la trágica noticia no tardó en llegar a su localidad natal.
Buscaba un atajo
Alejandro Fernández Bolaño era de Vilarxoane, en la parroquia de San Pedro de Bogo, donde será enterrado mañana. El accidente causó también un gran impacto entre los vecinos de Rábade. “Sentí un fuerte golpe, salí de casa y vi la cola del tren pero no la furgoneta”, dice uno de ellos.
No se habla de otra cosa en las últimas horas en Rábade, y los vecinos debaten sobre lo que pudo ocurrir. Creen que el fallecido, igual que hacen otros conductores, se desvió en ese punto señalizado con un stop y un cartel de peligro. Lo hacen muchos para evitar la cola de vehículos en el paso a nivel de Rábade.
En ese paso a nivel, en el cruce con la carretera LU-541, estaban bajadas las barreras y había una larga cola. Por eso habría decidido tomar otra ruta pasando por otro paso a nivel sin barreras. Fue entonces cuando se vio sorprendido por el convoy de mercancías sin tiempo a reaccionar.
Rescate muy difícil
La Guardia Civil de Tráfico le hizo la prueba de alcoholemia y drogas al maquinista, y dio negativo. En el accidente estuvieron trabajando los Bomberos de Lugo, que tuvieron que excarcelar al conductor del amasijo de hierros. La furgoneta quedó completamente destrozada por el brutal choque.
Las labores de rescate se complicaron mucho por el estado en el que quedó el vehículo y la zona de difícil acceso. El coche había quedado incrustado en la locomotora y no pudo ser retirado hasta cinco horas después. Mientras, autorizaron el levantamiento del cadáver para su traslado al depósito.
El convoy necesitó ser reparado y el tráfico se reanudó finalmente pasadas las cuatro de la tarde. No es la primera vez que ocurre, ya que hubo otro accidente mortal en este paso a nivel hace veinte años. Las víctimas fueron un matrimonio catalán, ella perdió la vida y él quedó gravemente herido.