El experto Lluís Gómez Pujol, investigador de la UIB, ha advertido que las zonas más deprimidas de la costa balear, como las albuferas y salinas, pueden sufrir 'conflictos importantes' por inundaciones en 2100 si no se toman medidas por la subida del nivel de mar derivada de la crisis climática. «Cualquier zona deprimida cercana a la costa, que esté a una cota de 1 metro, es potencialmente susceptible de verse afectada», ha dicho Gómez Pujol en la presentación de una investigación del Sistema de Observación Costero y de Predicción de Baleares (SOCIB), la Universidad de Baleares (UIB) y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, Imedea, sobre la exposición, vulnerabilidad y riesgo de inundaciones del litoral y playas arenosas de Baleares.
Subida súbita del mar entre 2050 y 2100
La cota que alcanzará el mar se ha planteado atendiendo a dos escenarios del Panel Internacional del Cambio Climático para cada momento: uno de ellos, el más favorable reduciendo emisiones y el otro el más adverso sin adoptar medidas. Para 2050, «empezará a haber evidencias físicas de este ascenso del nivel del mar» en Baleares, ha dicho el investigador de la universidad, con una horquilla de subida del nivel del mar en Baleares que se sitúa de 18cm hasta un máximo de 36.
El Govern ha publicado este jueves un trabajo científico elaborado en los dos últimos años que ofrece un visor con mapas de la costa balear, con simulaciones sobre los efectos que tendrá la subida del nivel del mar en dos momentos: 2050 y 2100. «Si no nos lo tomamos en serio, algunas casas y paseos marítimos de lugares costeros desaparecerán», ha advertido el vicepresidente y conseller de Transición Energética y Sectores Productivos, Juan Pedro Yllanes, en la rueda de prensa. «Nosotros no lo veremos, pero sí las generaciones futuras», ha añadido.
Para 2100, el ascenso menos adverso (si se reducen emisiones) va de 32 a 79cm de subida; y el más adverso (sin reducción de contaminantes) se calcula entre 45 y 103 centímetros de subida del nivel del mar. «Tendremos playas, no serán iguales que las de ahora, pero seguiremos teniendo, sobre todo en los lugares con sistemas dunares», ha advertido Gómez Pujol. El científico ha recalcado que "todo lo que se pueda hacer para favorecer que la playa esté en el estado más óptimo" contribuirá a evitar daños.
Paseos marítimos y playas arrasadas
El problema afecta sobre todo a la presencia de paseos marítimos en cotas bajas. «Los sistemas dunares se han de cuidar y proteger. Si queremos tener playas en 2100, tienen que estar en las mejores condiciones porque son el reservorio de las playas», ha añadido. El especialista en dinámicas de las playas prevé que haya más problemas en ámbitos como la Bahía de Alcúdia (Mallorca), las zonas deprimidas de Ibiza y Formentera, y también alguna zona de cota baja de Menorca. Ha explicado que, mientras haya 'espacios de acomodación', las playas se irán retrasando hacia ellos y «podrá haber una economía asociada a las playas».
Tras la pandemia, cabe recuperar la emergencia climática
El científico ha advertido de que «los indicadores no sirven para hacer obra pública o para decidir si un hotel de primera línea debe retirar una piscina, porque eso son datos locales y necesitarían un estudio específico. Esto es una aproximación regional técnica, con el mayor rigor científico posible por ahora».
El estudio es el punto de partida del programa del Govern «Costas por el Cambio, respuesta al cambio climático sobre la costa», que han presentado conjuntamente el vicepresidente Yllanes, y el conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir. Yllanes ha defendido que, aunque la pandemia monopoliza el debate, es necesario 'recuperar' el de los efectos de la emergencia climática «que no se paran, como demuestra que hoy mismo en Baleares haya temperaturas inusualmente altas para noviembre o que Europa haya tenido el octubre más cálido desde que hay registros», ha subrayado.