Una nueva investigación ha confirmado el hallazgo de un nuevo planeta rocoso a 25.000 años luz de distancia de la Tierra, convirtiéndose en el más lejano descubierto hasta ahora por los astrónomos. Se trata del OGLE-2018-BLG-0677b, y su distancia respecto a su estrella hace pensar que podría ser habitable, ya que recibe más o menos el mismo calor que la Tierra, cosa que permitiría contener agua líquida, fundamental para generar vida.
El hallazgo ha sido publicado en ‘The Astronomical Journal’ y el nuevo exoplaneta se encuentra en el denominado ‘bulbo galáctico’, la zona más densamente poblada de estrellas alrededor del núcleo de la Vía Láctea. Además de este, habría otros planetas similares en este punto.
Un hallazgo complicado
Los astrónomos se basan en tres tipos de mecanismos para hallar planetas y otros elementos celestes en el espacio. En este caso, se ha utilizado una técnica que se basa en algunas predicciones de la Relatividad general de Einstein. En concreto, al observar estrellas, sobre todo cuando hay más de una en línea recta, se presta atención a las ‘microlentes gravitacionales’ que crean cuando hay algún elemento de por medio.
En este caso, el planeta se ha hallado gracias a una microlente nueva que se ha descubierto al observar una estrella en este punto de la galaxia, cosa que evidencia la presencia de un nuevo planeta. Los datos adquiridos también permiten saber las características esenciales del nuevo mundo. Las microlentes son muy cuantiosas en el espacio y cada año se llegan a detectar miles.
Catalogado como supertierra
Según las características halladas a partir de las meticulosas observaciones, el nuevo mundo ha sido catalogado como una supertierra, teniendo una masa 3,96 veces más grande que la de la Tierra, aunque se trataría de uno de los exoplanetas con menor masa. Su estrella es pequeña, hace tan solo 0,12 veces la masa del Sol. La distancia entre ambas es parecida a la que hay entre Venus y nuestro astro, y orbita lentamente alrededor de su estrella, teniendo unos 617 días cada año.
Las futuras investigaciones de este planeta determinarán el potencial del nuevo mundo para ver si puede ser habitable. Una tarea que también se llevará a cabo con el resto de planetas descubiertos que tienen características similares a la Tierra. No obstante, este extremo llegaría con la futura generación de telescopios.