Descubrimiento histórico el que ha hecho un grupo de astrónomos de Europa y Estados Unidos (EEUU) en el espacio. En concreto, los expertos han detectado posibles indicios de vida en Venus, el planeta del Sistema Solar considerado como el hermano de la Tierra. Así se publica en un artículo publicado en la revista ‘Nature Astronomy’.
En concreto, los astrónomos han hallado en la atmósfera de Venus, concretamente en las nubes, una sustancia conocida como fosfina, un gas tóxico que en la Tierra es producido por bacterias que descomponen materia orgánica en ausencia de oxígeno y que huele muy mal. El hallazgo ha levantado mucha expectación, ya que fuentes no oficiales afirman que este gas podría proceder de una forma de vida en el planeta. No obstante, los autores del trabajo piden prudencia.
Este famoso gas tóxico se genera en zonas o cosas tan comunes de la Tierra como aguas residuales, en el interior de algunos animales o pantanos. Estudios anteriores ya pusieron de relevo que el hallazgo de fosfina en planetas podría ser un indicador claro de la existencia de vida.
¿Microbios en las nubes?
Los microbios son un claro indicador de vida en un planeta y los expertos ya llevan décadas especulando sobre la presencia de estos seres en las nubes de Venus. Ahora con este descubrimiento, toman forma estas teorías, y se podría tratar de una vida ‘aérea’ en el planeta, aunque la vida en la superficie sería muy difícil debido a las temperaturas abrasadoras de nuestro vecino.
Según los autores del trabajo, la fosfina detectada podría originarse a partir de una fotoquímica o geoquímica desconocidas o, por analogía con la producción biológica de PH3 en la Tierra, a partir de la presencia de vida.
«Este fue un experimento hecho por pura curiosidad; pensé que podríamos descartar escenarios extremos, como las nubes llenas de organismos. Cuando obtuvimos los primeros indicios de fosfina en el espectro de Venus, ¡fue un shock!», afirma la profesora de la Universidad de Cardiff, Jane Greaves, en un comunicado de la ‘Royal Astronomical Society’.
El hallazgo fue posible gracias a observaciones con telescopios realizadas desde Hawái y Chile en 2017 y 2019. El gas fue encontrado a unos 53-62 kilómetros sobre la superficie de Venus, una zona de una temperatura y presión extremadamente altas.
Los resultados finales
Al descubrir que los dos telescopios utilizados detectaban el mismo gas en el planeta, se concluyó que la fosfina es escasa pero presente en Venus, unas veinte moléculas por cada mil millones. Los expertos alertan que aún es pronto para sacar conclusiones y que están acabando de analizar los resultados, pero los microorganismos de Venus podrían funcionar diferentes a los de la Tierra, y estarían adaptados al ambiente abrasador y ácido del planeta.
Muchas posibilidades
«¡Encontrar fosfina en Venus fue una ventaja inesperada! El descubrimiento plantea muchas preguntas, como cómo podrían sobrevivir los organismos. En la Tierra, algunos microbios pueden hacer frente a aproximadamente un 5% de ácido en su entorno, pero las nubes de Venus están casi completamente compuestas de ácido», afirma Clara Sousa Silva, del equipo del MIT.
Pueden existir otras posibles biofirmas en el Sistema Solar, como el metano en Marte y el escape de agua de las lunas heladas Europa y Encelado. En Venus, se ha sugerido que las rayas oscuras donde se absorbe la luz ultravioleta podrían provenir de colonias de microbios. La nave espacial Akatsuki, lanzada por la agencia espacial japonesa JAXA, actualmente está mapeando estas rayas oscuras para comprender más sobre este «absorbente ultravioleta desconocido».
El equipo cree que su descubrimiento es significativo porque pueden descartar muchas formas alternativas de producir fosfina, pero reconocen que confirmar la presencia de ‘vida’ requiere mucho más trabajo.
Aunque las nubes altas de Venus tienen temperaturas agradables de hasta 30ºC, son increíblemente ácidas, alrededor del 90% de ácido sulfúrico, lo que plantea problemas importantes para que los microbios sobrevivan allí. La profesora Sara Seager y el doctor Janus Petkowski, ambos del MIT, están investigando cómo los microbios podrían protegerse dentro de las gotas.
El equipo ahora espera ansiosamente más tiempo del telescopio, por ejemplo, para establecer si la fosfina se encuentra en una parte relativamente templada de las nubes y para buscar otros gases asociados con la vida. Las nuevas misiones espaciales también podrían viajar a nuestro planeta vecino y tomar muestras de las nubes in situ para buscar más señales de vida.