El ‘cazador de planetas’ de la NASA, el Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS), ha descubierto tres nuevos exoplanetas, es decir, tres planetas que se encuentran fuera de nuestro Sistema Solar. Los planetas orbitan a una estrella situada a tan solo 73 años luz de la Tierra y podrían suponer el "eslabón perdido" para comprender la formación planetaria, ya que reúnen unas características completamente diferentes a las de ningún otro conocido hasta ahora, y con la posibilidad de albergar vida.
De los tres nuevos "exoplanetas" descubiertos ahora, bautizados como TOI-270, uno es rocoso y ligeramente más grande que la Tierra y los otros dos son gaseosos y miden aproximadamente el doble que nuestro planeta. El satélite TESS fue lanzado el pasado año desde Cabo Cañaveral con la misión de analizar cerca de 20.000 exoplanetas y escudriñar las posibilidades de que en alguno de ellos se den las condiciones necesarias para albergar vida.
Investigadores de instituciones científicas y académicas de varios países han analizado los datos facilitados por el satélite y han publicado este lunes los resultados de su investigación en la revista Nature Astronomy. Por parte española han participado científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (del CSIC), del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), de la Universidad de La Laguna y de la Universidad de Granada.
Unos planetas con posibilidades
El más pequeño de estos cuerpos descubierto ahora estaría en una zona ‘habitable’, a una distancia de su estrella más próxima lo suficientemente lejana como para permitir la existencia de agua líquida. «Hemos encontrado muy pocos planetas como este en zonas habitables, y muchos menos alrededor de una estrella con esas características», ha subrayado el científico Stephen Kane, profesor de Astrofísica Planetaria de la Universidad de California, y ha corroborado que en el nuestro Sistema Solar no existe ningún planeta como ese.
En el Sistema Solar hay planetas pequeños y rocosos, como la Tierra, Mercurio, Venus o Marte, y otros mucho más grandes, como Saturno, Júpiter, Urano o Neptuno, pero no ‘intermedios’ como los que se han hallado ahora.
Los datos aportados por el ‘TESS’ apuntan que es poco probable que en el más pequeño de los "exoplanetas" descubiertos hubiera vida, ya que la superficie está demasiado caliente, pero los otros dos, situados a una mayor distancia de la estrella, sí podrían estar más fríos y permitir, por lo tanto, que el agua se acumulara en la superficie.
En la investigación han intervenido también científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts, que han coincidido en que uno de los ‘exoplanetas’ descubierto ahora se encuentra en una zona "templada", lo que le situaría en un rango de temperaturas que podrían soportar alguna forma de vida.
El laboratorio planetario ideal
Los investigadores consideran que el nuevo descubrimiento va a permitir estudiar el "eslabón perdido" entre los planetas pequeños y rocosos como la Tierra y los más grandes y dominados por el gas, como Neptuno, y determinar, por ejemplo, si uno de estos planetas ha tenido alguna vez un océano de agua líquido y si reúne las condiciones adecuadas para la vida.
El tamaño intermedio de los nuevos planetas es ‘ideal’ para conocer si los planetas pequeños y rocosos como la Tierra y los más grandes como Neptuno siguen un mismo camino o si evolucionan de una forma completamente diferente.
El científico Francisco Pozuelos, actualmente en la Universidad de Lieja e investigador colaborador de la Universidad de Granada, ha subrayado que este puede ser un excelente laboratorio para comprender mejor cómo se forman y evolucionan los sistemas planetarios, ya que el tamaño de los planetas es muy diferente al de los ya conocidos.
Su estrella "anfitriona" es además especialmente brillante, y aunque suelen ser muy activas y con frecuentes llamaradas y tormentas solares, esta parece ser muy antigua y se ha "calmado", por lo que emite un brillo constante que permite a los científicos una mejor observación y estudio.