Muchos medios de comunicación en verano caen en la tentación de nombrar 'olas decalor' cuando se produce un ascenso de temperaturas, pero esto ocurre casi siempre con interpretaciones propias. Es un titular muy goloso, pero como en cualquier momento del año, entre junio y septiembre el mercurio presenta subidas y bajadas en los registros. En nuestro país la temperatura media en verano ya es cálida y, entonces, es normal sofocarse con los repuntes termométricos. Pero cabe insistir en que no todos los picos de calor son “olas”.
Ola de calor o pico de calor?
La Organización Meteorológica Mundial (OMM)considera que una olade calor es un evento meteorológico extremo unido a temperaturas extremadamente elevadas durante un periodo concreto. Este calor anómalo, por lo general, dura de unos pocos días, un mínimo de 3, y se puede alargar hasta algunas semanas. Si el calor, por muy intenso que sea, solo dura un día o dos, será nombrado pico de calor y en ningún caso, 'ola'.
Es decir, una 'olade calor' es un tiempo cálido inusual que afecta en una región y que persiste durante al menos dos días consecutivos durante el período caluroso del año con registros por encima de los umbrales determinados. Aun así, los récords extremos de calor no tienen porque ir asociados a las olas de calor. Un pico decalor de un día, puede dejar registros más elevados y todo que una 'ola', con lo cuál, el término no depende de la intensidad del calor, sino de la persistencia de él.
¿Cuáles son los umbrales y quién los pone?
Tener temperaturas altas, o muy altas, no garantiza una ola de calor si son habituales. En Sevilla, por ejemplo, el 60% de los días de julio y agosto se registran máximas superiores a los 35ºC. Por tanto, un día con máxima de 35ºC en esta ciudad será, efectivamente, un día muy caluroso pero no lo suficiente para formar parte de una ola de calor.
En cambio, si esos mismos 35ºC se dan en Barcelona, la máxima sí que podría formar parte de un episodio de 'ola de calor' si persiste durante 3 días o más este valor. Todo depende de la media de temperaturas que haya en cada localidad y es la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) quien determina este umbral en cada zona o región.