Hablar de Karmele Marchante es hablar de una de las periodistas más importantes de la prensa rosa de nuestro país. A sus 76 años, la escritora está dispuesta a contarle al público los capítulos más fuertes de su vida privada, a través de sus memorias.
Karmele siempre se ha caracterizado por ser una periodista sin pelos en la lengua, sin temor a expresar sus ideas. Ella se ha catalogado como una mujer de firmes convicciones y que ha luchado mucho por la libertad del individuo.
Ahora, la periodista está preparada para exorcizar sus demonios, revelando algunos de los pasajes más duros de su vida. Entre ellos, su tormentosa relación con un islandés que terminó en un abrupto divorcio.
Karmele Marchante habla sobre su polémico divorcio
La vida de la periodista ha estado marcada por un sinfín de idas y venidas, donde ha habido absolutamente de todo. En sus memorias, Karmele habla sobre una de las relaciones que más marcó su vida, y de la que ha hablado en muy pocas ocasiones.
A principios de los años 70, una jovencísima Karmele se quedó locamente prendada de un islandés llamado Loftur. En Barcelona se fraguó una bonita e intensa relación, que llevó a la pareja a mudarse a la otra punta del mundo, Islandia. Allí conoció al resto de la familia, y decidieron que a su regreso a España debían casarse.
Y así fue, la periodista y el islandés contrajeron matrimonio, y volvieron a Islandia, esta vez para instalarse allí. Fue entonces cuando Karmele trabajó como reportera para la agencia Efe en el país escandinavo.
La pareja acordó que no iban a tener descendencia, el instinto maternal nunca fue algo que suscitase interés en la periodista:
"Antepuse mi profesión a la crianza, por la que no sentía ningún apego. Jamás tuve eso que llaman instinto maternal. De siempre he tenido claro que es una construcción cultural del patriarcado y nunca he cambiado de idea", confiesa en sus memorias.
Karmele decidió regresar de nuevo a su Barcelona natal, dejando a su marido en Islandia. Sin embargo, meses más tarde volvió con él, pero lo que encontró fue algo muy distinto.
Su por entonces marido se había hecho bahai, una religión, que muchos tachan de compartir ideales parecidos a los de una secta.
"El señor padre de Lolli no tenía mucha idea de dónde se había metido su retoño, llegó a Barcelona casi sin avisar. Allí constató el penoso estado psíquico en el que se hallaba su hijo".
"De acuerdo con él y sin consultarme nada, decidieron que lo mejor era ir a curarse a Islandia", confiesa la periodista. Al poco tiempo, llegó el divorcio, ya que su marido no se encontraba en el mejor de los estados mentales: "Cuando llegó el papel del divorcio no pedí nada, solo la nacionalidad islandesa y pasaporte ídem", asegura.
Karmele Marchante y los hombres de su vida
Sin duda alguna, el amor ha marcado la vida de esta periodista, tanto para bien como para mal. Tras el divorcio con el islandés, Karmele conoció a Diego Soto, quien más tarde sería el encargado de hacerle perder todo el dinero que había ganado tras años trabajando:
"Ya que no trabajas, administra mis bienes", le rogué un mal día. Y, sin que me diera cuenta, el cuatrero "me desplumó, lo vendió todo", confiesa.
Su último amor, un hombre totalmente alejado de la esfera pública, hizo que la periodista volviese a recuperar la esperanza en el amor. Sin embargo, el destino tenía otros planes, ya que hace unos años falleció de forma súbita a causa de un infarto.
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