Ana María Aldón ha concedido una entrevista muy especial en Fiesta. El programa ha contratado a un experto en hipnosis y ha sometido a la colaboradora a una regresión que está dando de qué hablar. Lo primero que ha hecho es confesar que fue una niña maltratada, trauma que todavía no ha superado.
Ana María Aldón ha señalado a su padre, se llamaba Manuel y actualmente no se encuentra entre nosotros. Ha explicado que falleció hace unos años y que no le guarda rencor porque entiende que él también tuvo una vida complicada. Cuenta que nació en la posguerra y que apenas tenía dinero para mantenerse, por eso su carácter era tan complicado.
Ana María reconoce que sus hermanos han aprendido a vivir con el dolor y asume que ella todavía tiene mucho camino por recorrer. Ha pedido ayuda profesional y está haciendo grandes avances, a pesar de que el público haya criticado su última intervención televisiva. Ciertos espectadores no entienden que hable tan a la ligera de un tema tan duro y mucho menos que lo haga a cambio de dinero.
Ana María se siente en la obligación de salir adelante sin la ayuda de nadie, por eso ha dejado de hablar de José Ortega Cano. Lo único que ha dicho es que el torero entró en la cárcel cuando el hijo que tienen en común cumplió un año. La colaboradora se sintió sola y Ortega Cano no entiende que haya compartido este sentimiento con el público.
Aldón ha sido más sincera que nunca y se ha plantado ante José Ortega Cano: no va a consentir más desplantes en televisión. Recalca que ha sido muy feliz a su lado, pero no olvida que la familia del diestro no se ha portado bien con ella. “No entiendo por qué yo era menos que nadie si cuando conocí a mi marido no tenía ningún problema”, reflexiona en Fiesta.
Ana María Aldón ha señalado al culpable de todo
Ana María sigue queriendo a su padre, a pesar de que ya no esté con ella y de que le haya hecho sufrir tanto. Se quedó embarazada con 16 años y cuenta que Manuel no dejó que su madre acudiera al hospital. Después del parto estuvo toda la noche sola y encima su hija había nacido con un problema de salud bastante serio.
“Ese fue otro trauma muy gordo porque yo esperaba que viniese mi madre o mis hermanas, yo tenía 17 años y quería que entrase alguien. Me dejaron sola cada uno por sus motivos, mi madre estoy segura de que le hubiese gustado estar, pero entonces vivía mi padre. No le era posible ir al hospital”, explica Aldón intentando dar la cara por su mamá.
La diseñadora está cansada de seguir aguantando, no consiente que nadie le cuestione porque su vida no ha sido fácil. Ha atravesado circunstancias tan duras que incluso ha llegado a plantearse hacer una locura, pero ahora es mucho más fuerte. Sabe que la única forma de conseguir sus objetivos es luchar hasta el final y no habrá nadie que pueda pararla.
Ana María Aldón revive su peor momento
Ana María ha dejado claro que el nacimiento de su hija Gema ha sido una de sus grandes alegrías, aunque no todo fue felicidad. “No le he contado a ella lo que pasó en el parto, ella entenderá el sufrimiento mío, pero no se lo conté porque no he visto el momento. No he visto el momento de sentarme con mi hija y contarle lo que pasó cuando nació”.
Aldón confiesa que lo único que necesita en este momento de su vida son abrazos, quiere amor y no tiene malas intenciones. Debe hacer su vida, a pesar de que su presencia en televisión incomode a su exmarido, ese no es su objetivo. Tiene que seguir trabajando porque se acaba de comprar una casa de 250.000 euros y tiene muchos gastos.
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