Domingo 4 de noviembre, 22:30 horas, distrito de Villaverde en Madrid. William, un chico de 15 años, recibe un mensaje al móvil justo después de cenar y le pide a su madre si puede bajar un rato con un amigo. Veinte minutos después, un individuo encapuchado se le acerca y le dispara a bocajarro.
La hipótesis de la policía es que estamos ante la quinta víctima mortal de las bandas latinas en lo que va de año. La familia niega que el chaval estuviera metido en ninguna banda y se agarra a lo buen estudiante que era. Iba a empezar bachillerato, quería ser ingeniero, y jugaba a fútbol y a baloncesto.
Según los chicos del barrio, William había estado implicado en varias reyertas y hay indicios que le señalan como miembro de una banda. Pero sobre este asesinato siguen planeando algunas incógnitas. La principal, el modus operandi que no cuadra con lo visto hasta ahora y que tiene a los investigadores descolocados.
Todo lo que se sabe
William cumplió 15 años el pasado 27 de noviembre, era el menor de tres hermanos e hijo de padres dominicanos. El domingo pasó el día tumbado en casa y a las 22:30 horas quedó con un amigo en el parque. De repente salieron tres individuos de detrás de unos contenedores y efectuaron varios disparos.
William recibió dos disparos mortales, uno en la cara y otro en el pecho, y murió en el acto. Su amigo, un chico de 21 años de Fuenlabrada, recibió tres balazos en el pecho y se encuentra grave en el Hospital 12 de Octubre. Los testigos avisaron a la familia, que bajaron y se encontraron con el panorama.
Según las autoridades, William pertenecía a los trinitarios y fue víctima de una venganza de los DDP. La policía ha desplegado nuevos efectivos temiendo un nuevo ajuste de cuentas y una espiral de violencia. Hay que recordar que desde hace un año funciona en Madrid el llamado plan antibandas.
Incógnita 1: Algo ha cambiado
La investigación policial apunta a una venganza entre bandas latinas, pero creen que algo ha cambiado. El crimen se produjo con un disparo a bocajarro, algo que no encaja con el modus operandi de las bandas. Suelen actuar con armas blancas, normalmente machetes, en grupo y de manera frontal.
Villaverde, al sur de Madrid, es uno de los distritos con más presencia de pandilleros y por lo tanto son frecuentes las peleas. Lo que ya no es tan habitual es que se utilicen armas de fuego en los ajustes de cuenta. De las más de 600 armas incautadas este último año, solo una era de fuego.
Esto no descarta la hipótesis de las bandas callejeras, pero obliga a contemplar nuevos escenarios en este tipo de violencia. La Brigada de Información y la Unidad de Homicidios trabajan conjuntamente en la investigación. Además, han acordado aumentar la presencia policial en determinadas zonas del barrio.
Incógnita 2: ¿Quién ha sido?
La policía trabaja con la hipótesis de que el asesino sabía que William y su amigo estaban en la terraza en ese momento. Los testigos describen al agresor como un varón de 1,60 metros, encapuchado y con mascarilla negra. Lo cual lleva a los investigadores a pensar en un menor de edad.
Esto sí cuadraría con el modus operandi de las bandas, que suelen utilizar a los menores como carne de cañón. Les encargan los trabajos sucios, y en muchas ocasiones asesinan como prueba de acceso al grupo. La prioridad ahora es identificar al criminal y esclarecer si hay más personas implicadas.
Varias personas aseguran que cometió el crimen a sangre fría y huyó hacia la estación de metro de Villaverde. Los agentes están revisando las cámaras de seguridad para intentar identificar al homicida. El crimen se enmarca en la guerra abierta que hay entre Trinitarios y Dominican Don’t Play (DDP).
Incógnita 3: ¿Estudiante o pandillero?
El abuelo de William asegura que su nieto no estaba metido en bandas y que “no era de esos”. Su tía reitera que era un chico tranquilo y “que nosotros sepamos nunca ha estado detenido ni metido en ninguna pelea”. Sin embargo, varios jóvenes del barrio sí le señalan como un pandillero.
Lo sucedido en este caso no es tan extraño, ya que la mayoría de estos menores tienen una doble vida. En casa se comportan como estudiantes modélicos y deportistas sanos, a menudo tímidos y retraídos. De puertas para fuera, encuentra en estas bandas el calor del grupo y una forma de socialización.
Tras el asesinato subieron su foto en redes sociales con frases y símbolos típicos de las bandas latinas. La policía ha reunido indicios más que suficientes para pensar que estaba metido en una banda. “Tengan cuidado, por favor, recojanse pronto a casa, vigilen con quien se juntan”, decía ayer la madre de un amigo de William.