Este martes SpaceX volvió a poner los pelos de punta a todos sus seguidores con el lanzamiento de un nuevo prototipo de la Starship. En las instalaciones de la compañía en Boca Chica, Texas, esperaba para despegar el prototipo SN9, por las siglas de ‘Serial Number 9’. Junto a él estaba también el SN10, tal vez metiendo algo de presión y siendo cierto mal augurio de que si las cosas no iban bien habría siguiente oportunidad.
Y la vamos a necesitar: el SN9, el segundo prototipo en hacer un vuelo de prueba a gran altitud de SpaceX, ha corrido más o menos la misma suerte que su predecesor. Despegó, subió, apagó uno de sus motores Raptor, siguió subiendo durante más de tres minutos, apagó otro de los motores y alrededor del minuto 4:30 desde el ‘liftoff’ se colocó de forma horizontal para iniciar el aterrizaje. Volvió a encender los motores y aunque esta vez lo hizo más a tiempo que con el SN8 la prueba tuvo de nuevo un trágico final y el prototipo del Starship se hizo añicos contra el suelo poco después del minuto 6 desde el lanzamiento.
Starship | SN9 | High-Altitude Flight Test
¿Qué falló?
El vuelo de prueba de casi siete minutos despegó de las instalaciones de SpaceX en Boca Chica, Texas. El prototipo subió hasta algo más de 10 kilómetros, apagó los motores como estaba previsto y se posicionó en horizontal para comenzar su regreso a tierra. Ya lo hemos dicho: en la prueba del SN8 de diciembre el principal fallo fue que los motores Raptor no se encendieron de nuevo a tiempo y el prototipo se precipitó demasiado rápido contra el suelo. En esta ocasión fue uno de los Raptor el que no respondió y dio el respaldo que necesitaba a la nave.
Para el personal de la empresa aeroespacial el vuelo ha sido una nueva victoria, ya que les permitirá recabar datos y aprender del proceso, especialmente en lo referente a los motores, al cambio a los tanques de cabecera y al control preciso de los flaps. «Solo tenemos que trabajar en el aterrizaje un poquito», decía con algo de humor el comentarista del vídeo del lanzamiento emitido por la compañía en Twitter, el ingeniero principal de integración de SpaceX, John Insprucker.
«En resumen, otro gran vuelo y, un recordatorio, este es un vuelo de prueba, la segunda vez que lanzamos una nave espacial en esta configuración», dijo Insprucker. «Tenemos muchos datos buenos y logramos el objetivo principal de demostrar el control del vehículo y la reentrada subsónica».
El objetivo de las pruebas no es hacer un vuelo perfecto
Recordemos que la compañía de Elon Musk está desarrollando Starship para llevar personas y carga a la Luna, Marte y otros destinos distantes y que el sistema de transporte consta de dos elementos, ambos diseñados para ser completamente reutilizables: la nave espacial de acero inoxidable de 50 metros y un cohete gigante llamado Super Heavy. Si en estas pruebas estamos viendo una nave con tres motores Raptor, la Starship final llevará seis. Pero aun así necesitará la potencia del cohete Super Heavy para escapar del pozo de gravedad de la Tierra, el cual será impulsado por unos 30 Raptor.
Por lo tanto, SpaceX insiste en decir que el objetivo de estas pruebas no es hacer un ‘vuelo perfecto’, sino por el aprendizaje y la capacidad de obtener datos del proceso: «Con una prueba como esta, el éxito no se mide por la realización de objetivos específicos, sino más bien por cuánto podemos aprender, lo que informará y mejorará la probabilidad de éxito en el futuro a medida que SpaceX avanza rápidamente en el desarrollo de Starship», dice la compañía en su web.
Problemas con la Administración Federal de Aviación
Parece ser que no solo ha estallado uno de sus cohetes de nuevo: SpaceX tiene a la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos -FAA, sus siglas en inglés- un tanto mosqueada. Según informa The Verge, el vuelo de prueba del SN8 del pasado 9 de diciembre violó su licencia de lanzamiento.
El medio internacional asegura que dos personas familiarizadas con el asunto dijeron que SpaceX no se había ceñido «a los términos de lo que autorizó la FAA. No estaba claro qué parte del vuelo de prueba violó la licencia» y la Administración Federal de Aviación se negó a especificarlo, añade The Verge. Este incidente podría explicar por qué la FAA retrasó el lanzamiento del SN9, que estaba programado para el jueves de la semana pasada y que finalmente se realizó ayer. «La FAA continuará trabajando con SpaceX para evaluar la información adicional proporcionada por la compañía como parte de su solicitud para modificar su licencia de lanzamiento», comentó el viernes Steve Kulm, portavoz de la Administración Federal de Aviación.