El Euromillones es uno de los premios más codiciados de la lotería y ganarlo te cambia la vida, para bien o para mal. El protagonista de esta noticia lo ha experimentado en sus propias carnes. La lluvia de millones suele desencadenar disputas familiares como le pasó a Alex Robertson.
Alex Robertson, conductor de autobuses y padre de familia, ganó 4 millones de euros y decidió no compartir el premio con sus hijos. Sus descendientes se tomaron la venganza por su mano. Fueron hasta su casa y le destrozaron a martillazos los dos nuevos coches que se había comprado.
La historia de Alex no es un caso aislado, ya que la fortuna suele venir acompañada de problemas. Varias personas han contado sus experiencias sobre cómo el dinero cambió sus vidas para mal. Y es que hay quien piensa que siempre es mejor guardar silencio cuando ganas la lotería.
Ganador de un suculento premio
Alex Robertson, un conductor de autobús británico, compró un boleto del Euromillones junto con sus compañeros de trabajo. Su combinación resultó ganadora y se llevaron 45 millones de euros. Se lo repartieron equitativamente, a Alex le tocaron 3,7 millones, y tomó una polémica decisión.
Decidió quedarse todo el premio para él y no repartirlo entre sus hijos, lo cual desencadenó una pelea. William y Alex se enfurecieron ante la determinación de su padre, y planearon una terrible venganza. Optaron por darle donde más le dolía, atacando las nuevas propiedades adquiridas con el dinero.
El hijo mayor de Alex, William, estuvo presionando a su padre para que compartiera con ellos el suculento premio. Sin embargo, el hombre no les dio más que varios paquetes con 200 cigarrillos. Toda una declaración de guerra, que acabó con un asalto violento a los flamantes coches de Alex.
La terrible venganza de sus hijos
Según recoge el diario The Sun, los dos jóvenes acudieron a la entrada de la casa donde su padre aparca los coches. Armados con dos martillos perforadores, empezaron a golpear con violencia los dos nuevos Shogun 4x4. Rompieron los faros y las ventanas de los vehículos de alta gama.
William fue acusado de acoso por haber enviado textos amenazantes a su padre, pero al final Alex se negó a declarar en su contra. El hombre se encontraba en España y decidió no ir a declarar. Más tarde reconocería que “este premio es lo peor que nos ha pasado, ya que destrozó nuestra familia”.
Las reglas de la lotería británica son muy claras, y solo la persona poseedora del boleto tiene derecho a cobrar el dinero. Lo que haga con el dinero es algo privado y con total libertad. Cualquier presión que se ejerza sobre la persona puede ser considerada en un juicio como acoso.
Problemas tras ganar la lotería
Algo parecido le sucedió a Kirk Stevens, un joven británico que creía que le correspondía parte del premio cobrado por su exnovia. Laura había estado viviendo con él sin pagar el alquiler. Cuando ella ganó 3,6 millones en la lotería, él le pidió que le compensara con un pago de 25 euros a la semana.
Laura lo dejó y se mudo a una nueva casa más elegante dejando a Kirk sin un solo euro del botín y a cargo de una hipoteca. Las reglas, una vez más, daban la razón a Laura, que no tenía ninguna obligación de compartir su premio. Ella inició una vida de ensueño, y él quedó ahogado por las deudas.
Una ganadora de la lotería explicó en un foro online su experiencia tras ganar un bote de 16 millones de euros. Cometió el error de contárselo a demasiada gente. Desde entonces perdió a muchos amigos, y muchos de sus familiares le dieron la espalda por no querer compartir su premio.