Oliver, el niño de dos años y medio con un tumor cerebral, recibirá el alta del hospital San Juan de Dios (Barcelona) en pocos días. Son buenas noticias que llegan del hospital barcelonés. Tras la operación, donde le extirparon el tumor del tamaño de una mandarina, entrará en un ensayo clínico en Madrid.
Su cáncer, un Ependimoma, recibirá un tratamiento de quimioterapia que si resulta exitoso continuará con radioterapia. Así lo han confirmado los médicos que le tratan. Tanto especialistas como familia se han mostrado muy esperanzados con la evolución del pequeño.
«Evoluciona cada día mejor y ayer dio un par de paseos», ha afirmado su padre, Alejandro Romero, muy ilusionado. El niño no andaba desde octubre y también ha empezado a hablar. Se ha obrado así el milagro para un pequeño al que los médicos habían dado pocos días de vida.
Aún el proceso médico para la curación
El padre, muy emocionado y especialmente agradecido, ha dicho que se ha pasado de un diagnóstico muy malo a un camino por recorrer lleno de esperanza. Son buenas noticias, y tanto la operación como la recuperación han sido favorables. Pero Oliver inicia ahora un largo recorrido de curación.
El tumor requiere un tratamiento que incluye la extirpación y la radioterapia. Antes, Oliver tendrá que superar un tratamiento de quimioterapia dentro de un ensayo clínico que se llevará a cabo en Madrid, ha explicado la oncóloga Ofelia Cruz. Todo está preparado para que la familia viaje hasta la capital.
Oliver y sus padres viajaron desde México a Barcelona en un avión medicalizado pagado por un empresario anónimo. Allí le estabilizaron para que pudiera soportar la cirugía. Tras colocarle la válvula, fue intervenido en una compleja operación en la que se extirpó más de un 98% del tumor del tamaño de una mandarina.
El siguiente paso para Oliver
Tras la intervención, su situación neurológica es muy buena y se espera que en poco tiempo su situación sea de normalidad y pueda recibir el alta en cuatro o cinco días. Cuando reciba el alta empezará la segunda fase de su proceso de curación. Un proceso en el que todos tienen puestas muchas esperanzas.
Aunque el tumor que tiene Oliver se trata con cirugía y radioterapia, antes recibirá un tratamiento de quimioterapia. Será un tratamiento de unos dos meses dentro de un ensayo clínico en Madrid, detalló Cruz. Si la resonancia certifica la efectividad de la quimioterapia, el siguiente paso será iniciar un ciclo de cinco o seis semanas de radioterapia.
Toda la familia sabe que es el comienzo y que Oliver ha tenido mucha suerte. En el Estado hay un centenar de niños con el mismo cáncer. "Hay mucha gente que está igual o peor", ha recalcado Romero, que no puede parar de agradecer a todos y cada uno de los profesionales que están trabajando para salvar la vida de su hijo.
El milagro de Oliver
La suerte de Oliver ha cambiado radicalmente en cuestión de unas semanas, ya que no estaba predestinado a sobrevivir. Le diagnosticaron un grave tumor cerebral que no podían operar con éxito en México. Sus padres, malagueños, vivían allí con el niño desde hacía años por cuestiones de trabajo.
Su llamamiento obtuvo respuesta cuando un empresario anónimo se ofreció a pagar los costes del traslado en avión medicalizado. Tras un largo periplo consiguieron aterrizar en Barcelona, donde ya le esperaban los médicos. Los doctores en México le habían dado entre dos y tres semanas de pronóstico de vida.
Una vez en Barcelona fue sometido a dos intervenciones quirúrgicas, las dos realizadas con éxito. Ahora empieza una nueva fase para el niño, la de la curación, con quimioterapia y radioterapia. Pero al menos él y sus padres tienen ahora una razón por la que confiar, y afrontan el proceso con mucha esperanza.