El principal sospechoso de la desaparición de la joven Malén Ortiz confesó casi diez años después saber dónde se encuentra la joven. Esta declaración se la hizo a dos personas de su entorno más cercano ingresado en un hospital en Málaga. Según informa Caso Abierto, el hombre señaló que el cuerpo de la joven se encuentra en una finca cercana a su vivienda.
Allí, la Guardia Civil lleva una semana realizando labores de búsqueda y excavación para intentar hallar a la chica. Finalmente los rastreos no tuvieron éxito, aunque esta nueva pista vuelve a poner en órbita el caso. En su confesión el hombre recalcó que él no había tenido nada que ver ni con el secuestro, ni con la muerte de la joven, pero afirmaba saber su paradero.
José Ruiz Martínez, de 75 años de edad, sufre una enfermedad mental que le mantiene ingresado en un centro. Debido a su situación, es difícil averiguar la verdad de su relato. A pesar de ello, la investigación continúa abierta.
El sospechoso es un anciano que tenía "cierta fijación por los menores"
La confesión del principal sospechoso del caso se encuentra en las inmediaciones de la vivienda en la que este hombre residía en Sa Porrassa. Esa fue la zona en la que la cámara de seguridad de un vivero grabó a la joven por última vez. Malén Ortiz había salido del instituto y se dirigía a ver a su novio.
Este hombre se convirtió en el centro de la investigación debido a las acusaciones de varios de sus vecinos sobre que se dedicaba a molestar y manifestar obscenidades a chicas muy jóvenes. Los agentes registraron por completo su domicilio, además de las inmediaciones, sin obtener ningún resultado. Lo que si encontraron en su ordenador fueron imágenes de pornografía con menores de edad.
Este hallazgo se produjo después de que el anciano acosase a dos menores que pasaron por su puerta patinando. Alardeando de sus amistades con personalidades de Hollywood y de ser el organizador de grandes eventos intentó captarlas para que entrasen en su domicilio. En ese momento, una vecina que pasó por allí intervino y ayudó a huir a las chicas quienes denunciaron lo ocurrido.
Tras este turbio historial, se convirtió en el sospechoso principal de la desaparición de Malén Ortiz de la que no hay rastro hasta el momento. La confesión de este anciano, enfermo de un "trastorno delirante crónico", vuelve a traer esperanzas a la familia de la víctima. Aunque sus palabras hayan provocado un nuevo objetivo en la investigación, desgraciadamente, ni él sabrán si son verdad.