Silvia Cintado, policía en prácticas de 26 años, se ha convertido de forma inesperada en una heroína. Solo lleva dos meses en el cuerpo, pero su oído y su valentía han evitado una tragedia en Ronda (Málaga). Su acción consiguió salvar la vida de varios vecinos durante un incendio.
Según Diario Sur, la policía en prácticas se encontraba en una actuación policial por el incendio de un edificio de viviendas. El fuego iniciado en un bazar se extendió al resto de viviendas. La policía procedió al desalojamiento del bloque, sin darse cuenta de que quedaba alguien dentro.
Silvia afinó el oído y escuchó un hilo de voz que procedía del telefonillo, así que no lo pensó dos veces y entró. En la tercera planta encontraron a un hombre y una mujer, los dos mayores, que apenas se podían mover. Sus compañeros también salvaron a otros vecinos que quedaban dentro.
Salvaron a varios vecinos
La propia heroína cuenta que “ya casi no se podía ver ni respirar en el interior del inmueble por el humo”. Sin embargo, su sexto sentido (y su oído) le decía que todavía quedaba gente dentro. Gracias a ella descubrieron a la pareja de ancianos y a otros vecinos, que pudieron ser rescatados.
El suceso tuvo lugar el pasado jueves 25 de agosto en un bazar de la calle Lauría. Lo que parecía un fuego localizado se propagó rápidamente y con mucha virulencia, produciendo un denso humo en el edificio de tres plantas. Hasta allí se dirigió la policía en prácticas, con sus compañeros.
Andrés Rojas, Jesús González, Diego Gómez, Alejandro Sánchez y Rafael Gil son los agentes con los que iba Silvia Cintado. Fue a instancia de la joven que pudieron intervenir y poner a salvo a los vecinos. Entre los inquilinos había personas de edad avanzada y con movilidad reducida.
Policía por vocación
El Consorcio Provincial de Bomberos señaló que “los seis agentes pusieron en peligro sus vidas de forma abnegada para salvar a los vecinos”. Su labor fue “crucial” durante los primeros minutos del incendio. El incendio era tan grave que llegó a provocar el hundimiento de la primera planta.
La heroica intervención de los agentes, encabezados por Silvia, evitó que el incendio dejara varios fallecidos. Según explican, su principal prioridad era evacuar todo el edificio y que no quedara nadie dentro. En ese momento no se pararon a pensar si estaban en peligro, “solo que había vidas en juego”.
Precisamente fue eso, salvar vidas, lo que hizo de la profesión de policía una vocación para Silvia. Desde muy pequeña ya tenía claro que quería ser policía. Finalmente pudo formarse como policía en la academia de Àvila, y el pasado mes de julio empezó las prácticas en la comisaría de su ciudad, Ronda.
Arropada por sus compañeros
Sin embargo, Silvia tira de humildad y señala que sus compañeros tuvieron mucho que ver en su providencial actuación. “No tenía miedo por mí”, afirma, “porque me sentí muy arropada y sabía que si pasaba algo ellos estarían allí”. Silvia forma parte del Grupo de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional.
Silvia se desplazó con una radiopatrulla hasta el lugar. Cerca de allí estaban otros policías de paisano que realizaban una investigación y que pudieron incorporarse al operativo de emergencia. “En cuestión de dos minutos el establecimiento estaba ardiendo y había mucha humareda”, cuentan.
Los agentes iniciaron las labores de evacuación de los vecinos. “Llamamos a un telefonillo para que nos abriera pero el humo se había colado ya en los pasillos y en la primera planta”, relatan. Empezaron a sacar a los inquilinos rápidamente, mientras el humo se volvía más negro y más denso.
Actuó con gran veteranía
“Costaba mucho respirar y apenas podíamos abrir los ojos”, describe uno de los policías. Además estaba oscuro y cada vez se hacía más difícil sacar a las personas sin el riesgo de tropezarse y caer. Tras varias batidas creyeron que ya no quedaba nadie y dieron el salvamento por acabado.
Pero aún quedaba en la tercera planta algún vecino que no había podido llegar hasta la puerta para abrir. Solo el fino oído de la agente Cintado consiguió alertar de la presencia de inquilinos dentro del edificio. Lejos de asustarse volvió a meterse dentro del edificio y logró salvar a los vecinos.
“Actuó como una profesional y con una responsabilidad propia de un veterano”, asegura su compañero. Ellos le indicaron los pasos a seguir “e intervino como uno más y con iniciativa propia para poner otras vidas a salvo”. Los Bomberos tardaron siete horas en sofocar este incendio descomunal.