Sarai, una mujer de 35 años, ha muerto en la Clínica Quirón de Málaga después de dar a luz a su tercer hijo.
El caso está siendo sometido a una investigación por presunta negligencia, ya que aseguran que no fue atendida a tiempo. Sarai empezó a encontrarse mal después del parto y murió horas después.
Sarai padecía una diabetes de tipo 1 pero no tenía ninguna otra patología previa que hiciera temer por su vida. Inmediatamente después de dar a luz afirmó que se encontraba mal. El diagnóstico llegó 24 horas después, cuando ya era demasiado tarde, y esta madre acabó falleciendo.
Sarai tenía una anemia grave que requirió dos transfusiones de sangre, pero ni así lograron salvarle la vida. La familia se encuentra devastada y ha emprendido acciones legales para que se diriman las responsabilidades. Hoy han explicado su caso ante las cámaras de Antena 3, muy afectados.
Denuncian irregularidades
Sarai se enfrentaba a su tercer parto, y todos los anteriores se habían desarrollado con total normalidad y sin complicaciones. Esta vez, sin embargo, “desde después de dar a luz ella decía que no se sentía bien y que no era normal”. Así lo explica Paola Martínez, la abogada de la familia.
“Lo que nos llama poderosamente la atención es que no la atendieron, estuvo totalmente desasistida y finalmente falleció”, añade. Además denuncian que tras lo ocurrido el centro médico no ofreció ninguna explicación a la familia. “Cuánto vale la vida de un paciente en la Clínica Quirón de Málaga”, pregunta.
La familia denuncia una falta de coordinación y atención, y un retraso en el diagnóstico, que resultaron fatales. El caso está en manos del juzgado de instrucción número 13 de Málaga. Se ha realizado una autopsia, pero están a la espera de las muestras en laboratorio para conocer las conclusiones definitivas.
Pendientes de los resultados de la autopsia
Los resultados preliminares de la autopsia no determinan la causa de la muerte. El juzgado ha ordenado analizar las muestras en un laboratorio, y ha sugerido a la familia retrasar la incineración del cuerpo por si hiciera falta una segunda autopsia. La familia está viviendo con mucha angustia todo el proceso.
Por su lado, el centro ha mostrado su pesar a la familia y se ha acogido a la ley de protección de datos para no dar más información. Se han limitado a asegurar que siguieron los protocolos establecidos a rajatabla. Afirman estar pendientes de los resultados de la autopsia y las autoridades competentes.
Las dos hijas mayores y el bebé recién nacido han quedado a cargo de su padre y pareja de Sarai. Está contando con la inestimable ayuda de Rafi, madre de Sarai y abuela de los niños. Rafi recuerda llorando la última vez que habló con ella: “Me llamó y me dijo que estaba mejor, que ya no tenía fiebre”.
Lucharán hasta el final
Rafi habló con su hija a las 12 del mediodía, cuando le iban a poner la segunda transfusión de sangre. A las cinco de la tarde, su yerno Antonio la llamó para darle la trágica noticia. “Desde entonces todo ha sido un calvario, es algo que no se lo deseo a nadie”, explicaba entre sollozos.
Según Antonio, “en el hospital no nos dicen nada, e incluso hemos tenido que rellenar un papel para que nos atienda el director jefe”. Define como “surrealista” la situación y promete “luchar hasta el final para que ella tenga el descanso que merece”. Su intención es que esto no le vuelva a pasar a nadie”.
“Nosotros tenemos los informes y sabemos que la hemoglobina bajó, fruto de la anemia, pero no nos dan la causa de la muerte”, explica Antonio. Según cuenta, “a las cinco menos veinte le da un ataque de tos muy fuerte y pulsó el botón de las enfermeras. Le ponen oxígeno y se la llevan para abajo”.
Al cabo de una hora le dijeron que había fallecido por paro cardíaco justo antes de entrar en la UCI. Intentaron reanimarla durante 44 minutos, pero no lo consiguieron. Ahora la familia de Sarai trata de lidiar con el dolor y mantenerse fuertes para seguir adelante con su empeño de saber la verdad.