Hace ya dos años, el 21 de septiembre de 2020, un hombre mató a su propio sobrino. El menor tenía tan solo 3 años de edad y su asesinato se cometió sin motivo aparente.
Su tío materno se encontraba jugando con él, cuando lo llevó al cuarto de baño. Una vez allí, cerró la puerta del lavabo. Anteriormente había cerrado con llave el acceso a la planta en la que se encontraba el baño.
Con llave cerró también la puerta del lavabo y allí mismo asfixió al pequeño. El hombre le tapó la nariz y la boca hasta que dejó de respirar. Sucedió en el domicilio de los abuelos, en Santiago de Compostela.
Comienza el juicio que se alargará hasta el día 27 de enero
Dos años después, el caso ha llegado a juicio con la intención de que se resuelvan todas las incógnitas del horrible suceso. El juicio comenzó el martes de la semana pasada, en la sala de la Audiencia Provincial de Santiago de Compostela. Está previsto que se alargue hasta el viernes 27.
Su nombre es Santiago Cepeda. Se trata de una persona que quería mucho a sus sobrinos y los cuidaba con suma devoción. Además, el hombre tenía una buena relación con la víctima.
Nadie se esperaba que una persona como Santiago, de 39 años por aquel entonces, terminaría acabando con la vida del pequeño de 3 años.
La Fiscalía y la acusación popular piden para el asesino la prisión permanente revisable por un delito de asesinato. La defensa del acusado y también la Fiscalía pidieron asimismo que el juicio se celebrara a puerta cerrada. El objetivo es guardar la intimidad de la familia de la víctima.
Desde el Juzgado de Primera Instancia de A Coruña se decretó que tan solo la lectura de la sentencia se haría pública. El jurado popular está formado por diez personas.
Dicho jurado lo conforman un total de cinco mujeres y cinco hombres y lo preside la magistrada Ana Belén Sánchez González
La Fiscalía pide indemnizaciones y una orden de alejamiento
La Fiscalía exige una indemnización de 150.000 euros para la madre y el padre del pequeño y de 50.000 euros para cada una de las hermanas. Además, reclama una orden de alejamiento por 25 años de dichas hermanas.
Por su parte, la defensa del acusado pide la libre absolución. Se expresa que el asesino sufrió un brote psicótico, originado por las secuelas que le dejó padecer un tumor cerebral cuando era niño. Es por ese motivo que defienden que el hombre no era consciente de lo que hacía y no quiso matar de manera intencionada al menor.
Santiago Cepeda presentaba afecciones psiquiátricas previas. Tras cometer el crimen, el hombre fue ingresado en la unidad de Psiquiatría.
Allí permaneció durante un mes. Sin embargo, el hombre fue dado de alta.
El personal médico psiquiatra que atendió al autor de los hechos negó la “evidencia psicótica”. Por ese motivo, la jueza del caso declaró que Cepeda era imputable, por lo que le condenó a prisión.
La familia, tanto de la víctima como del asesino, no se presentó como acusación en la causa. Desde el principio, los familiares no acusaron al presunto asesino.
Además, la madre de la víctima y hermana del imputado solicitó que no se realizara la publicación de las audiencias. La mujer afirma que su hermano sufrió un problema mental, a pesar de que los psiquiatras han desmentido este hecho.
Ahora toca esperar al veredicto final. La decisión tomada determinará el futuro del hombre que, hace un par de años, llevó a cabo el asesinato de su sobrino de 3 años.
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