Una pieza compacta de granizo con una anchura máxima superior a los 23 centímetros, caída durante una tormenta eléctrica muy severa en el interior de Argentina, ha pulverizado el récord mundial de tamaño de este fenómeno meteorológico. El enorme e increíble hielo cayó el pasado 8 de febrero de 2018 en la ciudad argentina de Villa Carlos Paz, en la provincia de Córdoba.
Así lo corrobora el estudio publicado este mes de abril de 2020 en el Boletín de la American Meteorological Society (AMS), que describe este fenómeno como «granizo gigantesco». El récord lo tenía hasta ahora una pieza de hielo de 20,32 centímetros de ancho (del tamaño de una pelota de voleibol) caída en Vivian, en Dakota del Sur, Estados Unidos.
Los científicos califican el fenómeno de «increíble» y de «gigantesco», ya que la piedra de granizo mide más de 6 pulgadas (15,24 centímetros). Los expertos apuntan a que cualquier cosa que tenga solo un cuarto del tamaño de esta pieza ya puede producir «abolladuras» en un automóvil. Con más de 6 pulgadas, el granizo puede atravesar techos y pisos de casas. Este estudio puede «ayudar» a ayudar a mitigar sus efectos y anticipar este tipo de eventos.
Oportunidad para estudiar el granizo
La tormenta en Villa Carlos Paz, Argentina, muy poblada, ofreció a los científicos una rara oportunidad de estudiar un caso bien documentado de granizo gigantesco. A medida que se desarrollaba la tormenta, los residentes recurrieron a las redes sociales, publicando fotos y videos.
Para el nuevo estudio, los investigadores hicieron un seguimiento de las cuentas un año después, entrevistando a testigos, visitando sitios donde ocurrieron daños, recolectando datos fotogramétricos y analizando observaciones de radar. Utilizando la fotogrametría (tomando medidas de fotografías) y evidencia en video, los científicos estimaron que un granizo pudo haber establecido un récord mundial.
«Un caso tan bien observado es un paso importante hacia la comprensión de los entornos y las tormentas que producen granizo gigantesco y, en última instancia, cómo anticipar y detectar tales eventos extremos», explica Matthew Kumjian, profesor del estudio.
Rachel Gutiérrez, una estudiante graduada en Penn State y coautora del artículo, encontró una conexión entre la velocidad de rotación de una corriente ascendente de tormenta, o lo rápido que está girando, y el tamaño de granizo más grande, pero aún queda mucho por saber sobre la relación. El estudio apunta a que los eventos de granizo gigantesco pueden ser más comunes de lo que se creía