Leidy Vanessa Murillo tenía 17 años cuando desapareció a la salida del instituto, en junio de 2008, en Valencia. Hallaron su cadáver tres meses después, enterrado junto a unos olivos en Macastre. Sospecharon de su padrastro desde el primer momento, pero el caso fue sobreseído en 2016.
Leidy Vanessa tenía la misma edad que Diana Quer y Marta del Castillo cuando la mataron, pero su caso quedó en el olvido. Solo la insistencia de su madre ha conseguido que ahora un juzgado reabra la causa. La Policía Nacional cuenta con nuevas informaciones para volver a investigar.
En el trasfondo de este crimen está la obsesión sexual que el padrastro de Leidy Vanessa sentía por ella. Estaba tan obsesionado, que incluso controlaba los chicos con los que iba. Omar, de 46 años, volvió a su país días después de la desaparición de la chica reforzando así todas las sospechas.
Una desaparición y un macabro hallazgo
Leidy Vanessa era una joven de 17 años de origen colombiano y afincada en Valencia. El caso de su asesinato ha permanecido guardado en un cajón durante seis años, pero ahora el Juzgado de Instrucción de Requena ha ordenado su reapertura. Hay nuevas pruebas que podrían dar un giro.
La historia arranca el 2 de junio de 2008, cuando la joven desaparece al salir del Instituto de Educación Secundaria Benlliure. Salió en dirección a casa de una amiga, pero nunca llegó. Sus amigas explican que aquella misma mañana había recibido una llamada, pero no saben de quién.
El 20 de septiembre de 2008, dos amigos que salieron a pasear se encontraron los restos esqueletizados de una joven. Los forenses estimaron una edad algo superior a la de una adolescente. El cadáver fue encontrado desnudo junto a un trozo de sujetador negro, un pendiente, un anillo y un reloj.
Estaba obsesionado con la chica
El estado del cuerpo impidió las labores de identificación, y en enero de 2009 la Guardia Civil abandonó las actuaciones. Más tarde, ya en 2010, la Policía Nacional cotejó el ADN del cadáver con el perfil genético de la madre de Leidy Vanessa. Los resultados no dejaban lugar a dudas, era ella.
Los resultados de la autopsia determinaron que la víctima había fallecido por varios golpes en la cabeza. El avanzado estado de descomposición impidió establecer si hubo también agresión sexual. Sin embargo, el móvil sexual fue siempre desde el principio la principal hipótesis de la policía.
Todos los indicios apuntaban a Omar, el padrastro de la chica, que al parecer sentía una fuerte atracción hacia ella. Los testigos relataron a la policía que sentía celos enfermizos hacia los chicos con los que salía. E incluso llegó a colocar una cámara en su habitación para espiarla.
Sus encubridores le delataron
Todas las sospechas parecieron confirmarse cuando se dieron cuenta de que el hombre había huido a su país natal, Colombia. Había otro detalle interesante. A principios de 2008 había estado trabajando como vigilante en una obra en Macastre, en una zona próxima donde apareció el cadáver.
La prueba definitiva para llevarle a juicio sería la declaración de dos vecinos de Macastre, investigados por encubrimiento. Según uno de ellos, el otro acusado le confesó que Omar le había ofrecido dinero para deshacerse del cadáver. Admitió haber cavado un agujero para enterrar “algo blando”.
El otro acusado ofrece otra versión, aseguran que discutió con su amigo cuando le contó que le habían ofrecido dinero para enterrar un cadáver. En todo caso, las dos versiones apuntan a un mismo sospechoso. Omar se encuentra actualmente en prisión, en Colombia, por tráfico de drogas.
La justicia ve elementos suficientes para retomar la investigación y estrechar el cerco sobre el sospechoso. El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional volverá a analizar las pruebas y a estudiar las nuevas informaciones. El objetivo es demostrar la culpabilidad del sospechoso y llevarlo ante la justicia.