Montaje con foto de la víctima

Raquel, la cajera asesinada por su maltratador en España delante de sus dos hijos

Boris, de 36 años, mató a su mujer, de 32, y luego se tiró a las vías del tren en Palencia

España vuelve a vivir estos días una nueva oleada de asesinatos machistas. En apenas unos días han aparecido muertas cuatro mujeres, cada una de ellas con su historia y su infierno particular. Las muertes de Anna, María Luisa, Débora y Raquel vuelven a poner de manifiesto la lacra del machismo en nuestro país.

La última víctima de la violencia de género en España se llama Raquel, y fue encontrada muerta poco después del hallazgo del cadáver de su marido. Boris Pascual Martínez, machista y maltratador de 36 años, se suicidó después de haberla matado. Los policías encontraron en el domicilio familiar a los dos hijos de la pareja, menores de eda.

Con esta ya van 33 mujeres asesinadas este año. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha manifestado mostrando su rechazo a los asesinatos a través de las redes sociales. El Ministerio de Igualdad también ha expresado su consternación por esta oleada de crímenes machistas, tras un período de relativa tranquilidad.

Dos macabros hallazgos

El pasado lunes, a primera hora de la mañana, la policía encontró el cuerpo sin vida de un hombre en las vías del tren en Palencia. Todo apuntaba a un suicidio, y los agentes lo identificaron como Boris Pascual Martínez. Según su DNI tenía 36 años y vivía en la avenida de los Reyes Católicos.

Montaje con foto de la víctima
Raquel Carrión Diez ha muerto a manos de su pareja | España Diario

Los agentes se dirigieron al domicilio para comunicar el fallecimiento a los familiares. Al llegar se encontraron con dos niños de dos y siete años, y una escena dantesca que tardarán en olvidar. Los dos menores condujeron a la policía hasta la cama del dormitorio, donde yacía muerta su madre.

La víctima era Raquel Carrión Diez, de 32 años, y presentaba signos de estrangulación. Era madre de un niño de dos años con Boris y de una niña de siete años fruto de una relación anterior. Trabajaba de cajera en un supermercado de la cadena Lupa en Palencia, y todos la recuerdan como una chica muy simpática.

La trágica muerte de Raquel

Según lo que se ha podido saber, esa mañana Raquel y Boris discutieron y forcejearon. Él presentaba una mordedura en una de las manos, mientras que ella fue estrangulada por detrás con un objeto indeterminado. Cuando descubrieron el cadáver llevaba poco tiempo muerta, apenas unas horas.

La principal hipótesis es que Boris mató a Raquel y luego se suicidó tirándose a las vías del tren. Descartan que tanto la víctima como el agresor tomaran sustancias estupefacientes antes de los hechos. “Afortunadamente no se le ocurrió hacer daño a los niños”, han declarado las autoridades.

Según la Delegación del Gobierno en Palencia, constaban antecedentes de violencia de género en la pareja. Ella denunció una agresión por parte de su pareja a la Policía Nacional en 2019. “Aunque presentaba moratones en su cuerpo, finalmente no presentó una denuncia y el juzgado archivó el caso”.

Semana negra para las mujeres

Los dos menores han pasado bajo custodia de la abuela materna de forma provisional. La policía ya tiene los resultados preliminares de las autopsias y solo quedan por cerrar algunos flecos de la investigación. Este es el triste final de un asesinato machista más en nuestro país.

Pocos días antes habían encontrado muerta a Anna, una joven de 21 años, en el piso de su novio en Campdevànol (Girona). La autopsia ha demostrado que fue sometida a torturas y una agresión sexual antes de morir. Presentaba heridas por todo el cuerpo y cortes dentro de la vagina.

Este mismo lunes hallaron el cuerpo sin vida de María Luisa, una mujer de 67 años, en Benidorm. Su marido la mató con dos puñaladas y después se marchó con el coche, con el que tuvo un accidente de tráfico. Esta semana también se ha conocido el macabro caso de Débora Morais.

La mujer estaba desaparecida en Málaga desde el 28 de marzo. La investigación consiguió llevar hasta su marido, que ha acabado confesando el asesinato. Llevó a los agentes hasta la nave industrial donde había sepultado el cuerpo, envuelto en bolsas de basura, en una agujero en el suelo.