Aquel lunes 27 de febrero en Valencia, la vida de Cristina S. N., nacida en Granollers en 1986, cambió por completo después de que se tirase desde un cuarto piso tras matar presuntamente a su bebé.
Cristina pudo sufrir un brote psicótico cuando decidió acabar con la vida de Eric, su hijo. Y todo después de tomar unas cantidades excesivas de paracetamol y autoapuñalarse en el tórax, además de cortarse las muñecas.
El digital El Español ha tenido acceso al informe de la investigación de la Guardia Civil. En este, se pone de manifiesto que esta mujer pudo padecer un brote psicótico, pese a que sus familiares y allegados aseguran que estaba "enamorada de su pequeño y lo adoraba".
Cristina habría sufrido un brote psicótico antes de degollar a su bebé
Recuerdan sus allegados que no paraba de mandarle fotos a sus familiares de Águila, y todos ellos aseguran que ella era una "madre perfecta".
Finalmente, Cristina no pudo acometer su suicidio y está siendo investigada por un posible infanticidio que ha dejado en shock a toda España.
El médico que la atendió tras el suceso aseguró que tenía "depresión grave con trastorno psicótico". Con todo, Cristina podría evitar la cárcel y, sobre todo, la prisión permanente revisable por acabar presuntamente con la vida de su pequeño.
Por ahora, Cristina, aún no ha presentado declaración en sede judicial y está bajo medicación psiquiátrica. Actualmente, está ingresada en el módulo de presos del Hospital General de Valencia.
Tras el intento de suicidio, se ha quedado parapléjica después de impactar brutalmente con el asfalto en la calle Camp del Túria de Vilamarxant. Llama la atención que, por ahora, no haya ninguna acusación particular contra ella, más allá del que ejerce de manera oficiosa la Fiscalía.
De momento, son los abogados de la mujer quienes ya están preparando una solicitud al juez para que deje el módulo de presos del hospital.
Toda la verdad sobre Cristina, que se lanzó al vacío tras acabar con su hijo
"Nuestra intención es pedir su libertad con cargos porque está paralítica de cintura para abajo, en una silla de ruedas. Y podría estar en su casa, con su familia, controlada por una pulsera. No existe riesgo de fuga".
Su esposo, Antonio, cabo del Ejército de Tierra destinado en Marines (Valencia), se quedó en shock al ver la escena dantesca en su propia casa.
En el pasillo había restos de sangre, al igual que en el comedor y la pila del lavabo. En la bañera encontró dos cuchillos de cocina y en la mesa del salón una nota de despedida de su esposa en una libreta.
"Antonio, mi amore, ya no te molestaremos más. Juega y disfruta de todo. No puedo vivir sin su sonrisa y sin la tuya, os quiero, mi bebé, mi cosito", publica el citado medio.
A los agentes, "se les acerca un varón muy nervioso, diciendo que ha subido a su casa y que se ha encontrado la casa llena de sangre, dos cuchillos en la bañera y que no estaban ni su mujer, ni su hijo".
Los mensajes extraños de Cristina antes de acometer el crimen
"Nos manifiesta que estaban llevando a su hijo al neurólogo, pero no sabían bien qué es lo que podía tener. Y ella estaba estresada, pero cuando ha subido a casa no sabe dónde está su hijo, la casa está llena de agua y sangre por el suelo".
Cuando nació Eric, el 25 de febrero de 2022, este tenía el cráneo más pequeño de lo habitual. "Debido a esto, Cristina y Antonio estuvieron muy nerviosos, pensando en la salud del niño que podía tener problemas. Cristina llevó el embarazo muy asustada".
Por ello, los problemas psicológicos que sufría Cristina eran notorios, hasta que diez días antes de los hechos, puso este extraño estado de WhatsApp. "No sabía que pudiera llegar a existir una magia tan maligna como el mal de ojo, vudú, hasta que rozan al ser más preciado".
Jorge Novella, uno de sus dos abogados, da la clave de este caso tan dramático. "¿Cuál es la motivación de este delito? No existe, no es un crimen vicario ni tenía una mala relación con su marido. Es una depresión aguda que desemboca en un brote psicótico, no se acuerda de nada y cree que la muerte de su hijo fue natural".