En 2024, el agujero de la capa de ozono sobre el Polo Sur fue más pequeño de lo habitual. Según la NASA y la NOAA, la temporada de agotamiento del ozono es entre el 7 de septiembre y el 13 de octubre. Entonces se comprobó que la extensión del agujero fue una de las más pequeñas en décadas.
El área alcanzó un máximo de 22,4 millones de kilómetros cuadrados, un tamaño considerable, pero mucho menor que en años anteriores. A pesar de esta mejora, los expertos aseguran que aún falta mucho para que la capa de ozono se recupere por completo.
Este año, el agujero de ozono se ubicó en el séptimo lugar como el más pequeño. Hay que tener en cuenta que comenzó a hacer el seguimiento en 1992. Para entender la magnitud, esta área es casi tres veces el tamaño de Estados Unidos.
A pesar de que el agujero se reduce, los científicos advierten que la capa de ozono no estará completamente reparada hasta 2066. Esto es lo que se proyecta, según los últimos estudios de la NASA y la NOAA.
La causa principal de la reducción del ozono es el uso de productos químicos. Estos son por ejemplo los clorofluorocarbonos (CFC), presentes en productos como los refrigerantes y aerosoles. Estos compuestos destruyen el ozono al ser liberados en la atmósfera. En 1987, se firmó el Protocolo de Montreal para eliminar gradualmente estos productos.
Desde entonces, la liberación de CFC ha disminuido, pero las moléculas de estos compuestos tardan muchas décadas en descomponerse por completo.
Qué pasa con el agujero de la capa de ozono
El agujero de ozono es peligroso porque permite que más radiación ultravioleta (UV) del sol llegue a la Tierra. Esta radiación puede causar cáncer de piel, cataratas y afectar a los ecosistemas. Las zonas donde el ozono se ha agotado permiten la entrada de esta radiación dañina. Aumentan así los riesgos para la salud humana y para el medio ambiente.
A pesar de las mejoras, los científicos siguen trabajando para garantizar que los CFC sigan disminuyendo. Gracias a los esfuerzos internacionales y al Protocolo de Montreal, los niveles de estos compuestos se han reducido. Sin embargo, el ozono no se reparará de inmediato. Como explicó Paul Newman, líder del equipo de investigación de ozono de la NASA, la mejoría es clara, pero “todavía queda mucho camino por recorrer”.
Este agujero de ozono más pequeño es una señal positiva, pero también es un recordatorio de que el trabajo no ha terminado. Si los esfuerzos continúan y los niveles de CFC siguen bajando, podríamos ver una recuperación completa de la capa de ozono hacia 2066. Para eso, será clave mantener la cooperación global y el monitoreo constante de la situación.