Karlton, un niño de 5 años, ha muerto al intoxicarse con el helio de un globo que se puso en la cabeza. El menor estuvo seis días en la UCI, donde intentaron en vano salvarle la vida. Su madre Lisa ha enviado un mensaje de advertencia a todos los padres para prevenir este tipo de accidentes.
El suceso ocurrió en el Reino Unido cuando Karlton Noah Donaghey, de cinco años, quedó con su cabeza atrapada dentro del globo. Al niño le gustaban mucho los dinosaurios, y su familia le regaló un globo en forma de dinosaurio. No sabían que sería eso lo que acabaría desatando la tragedia.
La madre del menor lo encontró tirado en el suelo con el plástico enredado sobre su cabeza a la altura del cuello. Llamaron a emergencias y consiguieron estabilizarlo antes de llevarlo a un hospital en helicóptero. Seis días después, el 29 de junio, los médicos le dieron la peor de las noticias.
Cómo ocurrió el accidente
“Cuando entré, mi hijo estaba en el suelo con el globo en su cuello y en su cabeza. Era un globo de dinosaurio del mismo tamaño que él, relleno de helio. Creo que se metió dentro del globo para ser un dinosaurio y sorprender a sus sobrinas, pero no supo salir y se ahogó”, relata Lisa, la madre.
Karlton murió en el Hospital Royal Victoria de Newcastle, debido a la intoxicación de helio y las lesiones cardiopulmonares. El niño había recibido el globo de dinosaurio como regalo de sus padres durante un viaje. Juntos disfrutaron de un inolvidable día en el parque de atracciones de Newcastle.
Como se había portado muy bien, su madre le obsequió con un globo de lo que más le apasionaba, los dinosaurios. El menor tenía la casa llena de libros y juguetes de dragones y dinosaurios. El globo de helio de gran tamaño era la joya de la corona que iba a completar su colección.
Mensaje a todos los padres
Los médicos creen que la causa de la muerte del niño fue la inhalación de helio, aunque esto aún no ha sido confirmado por el forense. Sea como fuere, Lisa ha mandado un mensaje a todos los padres tras lo ocurrido. “El helio es un elemento tóxico que puede acabar con una vida en segundos”.
“Es muy peligroso, le quitó la vida a mi hijo que solo quería jugar a ser un dinosaurio”. Es la advertencia de Lisa tras haber perdido lo que más quería en esta vida, y pide máxima precaución a los progenitores. “Puede quitarle la vida a un niño, y puede quitarle la vida a un adulto”, asegura.
Por eso quiere “que los padres, abuelos, cuidadores de niños, adultos y estudiantes, cualquier persona que haya estado en contacto con el helio, sea cauteloso”. Recuerda que “el helio se ha llevado a un precioso niño de cinco años demasiado pronto. Y nunca le desearía este dolor a nadie”.
El pánico se apoderó de todos
En el momento del accidente, Lisa estaba disfrutando del buen tiempo en el jardín junto a sus otros hijos de 15, 20 y 25 años. En un momento dado entró en la casa para ir al baño y comprobar cómo estaba el pequeño. Fue entonces cuando lo vio en el suelo con el globo atrapado en la cabeza.
La madre le sacó de dentro del globo y empezó a gritar mientras lo llevaba al jardín. “Como madre sabía que se estaba muriendo, no tenía pulso, sus ojos estaban abiertos y su rostro pálido”, recuerda horrorizada. La mujer se colapsó y los familiares que estaban allí llamaron a emergencias.
Ese día habían recibido la visita de unos familiares, que junto con un vecino realizaron las primeras labores de reanimación. Las ambulancias llegaron rápidamente y llevaron al niño al hospital en helicóptero. La madre se derrumbó y preguntaba constantemente cuán grave era la situación.
La muerte de Karlton
Lisa pasó seis días junto a su hijo leyendo y cantando para él, lavándole la cara, los dedos y el pelo. “Su corazón latía por sí mismo y sus ritmos parecían indicar una mujer, pero de repente empezó a sufrir convulsiones”, explica. Según cuenta, esas convulsiones dañaron su organismo de forma irreversible.
“Intentó luchar hasta el final, pero yo sabía que le quedaba poca energía y que la cosa ya no dependía de él. Entonces le dije ‘ya basta de ser valiente, ves a dormir’. Le dije que siempre estaría orgullosa de él, que simplemente cerrara los ojos y se fuera a dormir, que yo estaría bien”, cuenta.
Luego le dieron sedación y todo acabó muy rápidamente, con su madre acostada a su lado. Este es el dramático final del suceso fortuito que se llevó la vida de un niño de 15 años. Un suceso que según Lisa tiene que servir para dar una advertencia a todos los padres y evitar que vuelva a suceder.