Los padres de una niña de tres años fallecida tras una operación de anginas se plantean emprender medidas legales. La menor murió el pasado mes de septiembre en un hospital de Sevilla. Había acudido varias veces al centro médico tras sufrir complicaciones derivadas de una operación de anginas.
Los padres pidieron explicaciones al centro médico tras el fatal desenlace, pero aún no han recibido ninguna respuesta. Ante esta situación, la familia de la niña ha contratado los servicios de un bufete de abogados. Se plantean denunciar al hospital por un presunto delito de homicidio imprudente.
El Bufete Osuna, representante legal de la familia, ha expuesto los hechos de forma clara. “Le reventó una arteria cuando supuestamente estaba bien, y llegó al hospital con una parada cardiorrespiratoria porque se vació de sangre”, explicaron. Están a la espera de la autopsia para tomar una decisión.
Denuncian irregularidades
La menor tenía una hipertrofia de amígdala que dificultaba la respiración nasal y ocasionaba ronquidos nocturnos. La solución fue una intervención quirúrgica de vegetaciones, que se llevó a cabo bajo anestesia general. La niña fue operada el 19 de septiembre en el Hospital de Alta Resolución de Écija.
La operación terminó con éxito a las 10:32 horas de la mañana, y la niña salió del hospital con sus padres a las seis de la tarde. Los abogados de la familia denuncian que la niña fue operada sin una analítica de sangre previa. Además, afirman que recibió el alta sin la revisión del responsable de la operación.
Según el Bufete Osuna, el supervisor de la intervención tampoco dejó indicaciones sobre la medicación que tenía que recibir en el postoperatorio. Una serie de circunstancias que, puestas en conjunto, indicarían irregularidades en el procedimiento. Esto es al menos lo que sostienen los abogados de la familia.
Sucesión de los hechos
Doce horas después de la operación, a las seis de la mañana, los padres acudieron al hospital de urgencia porque la niña no se encontraba bien. Los médicos le recetaron supositorios de paracetamol y le dieron el alta. Dos días más tarde volvieron a urgencias porque la menor había empeorado.
La niña estaba pálida y no podía hablar ni tragar, pero a pesar de que era la segunda vez que iban volvieron a mandarles a casa. La primera visita a urgencias duró veinte minutos, mientras que esta segunda estuvieron cincuenta minutos. La cosa empeoró la madrugada del 24 de septiembre, cinco días después de la operación.
Los padres la volvieron a llevar al hospital tras haber sufrido una grave hemorragia en su domicilio. Esta vez la cosa se puso peor, ya que la niña cayó inconsciente y entró en parada cardiorrespiratoria. A pesar de su grave situación, no fue trasladada al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla hasta tres horas después.
Piden responsabilidades
La niña acabó muriendo en el hospital por las complicaciones derivadas de la intervención quirúrgica de vegetaciones. Sin embargo, habrá que esperar a los resultados de la autopsia para concretar las causas exactas del fallecimiento. Los padres culpan al centro hospitalario de la gestión de este caso.
Según el Bufete Osuna, el informe de urgencias especifica que la paciente se encontraba “en malas condiciones generales”. Apuntan que estaba “pálida, sin pulso, sin frecuencia, con pupilas arreactivas y midriáticas”. Presentaba, según el informe, tos con sangrado abundante en vías aéreas superiores y esófago.
La menor fue trasladada en una ambulancia medicalizada al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla el 24 de septiembre a las 08:14 horas de la mañana. El diagnóstico, un “shock hipovolémico posoperatorio” que acabaría con su vida. Los padres piden ahora responsabilidades por la muerte de su hija.