Adele Milloz, campeona del mundo de esquí de montaña, ha muerto a los 26 años durante una ascensión al Mont-Blanc. La montañera estaba haciendo de guía para una clienta de treinta años, que también fue hallada muerta. Las autoridades francesas han abierto una investigación.
Se desconocen las causas de la caída que provocó la muerte de las dos mujeres. Según la gendarmería, no hubo ningún desprendimiento de rocas o movimiento de tierra. Sorprende también porque Adèle era una montañera experimentada, y la ascensión no presentaba una especial dificultad.
El deporte de montaña llora estos días la muerte de esta chica que, a su corta edad, contaba con varios títulos a nivel nacional, europeo e internacional. Llevaba desde los seis años practicando esquí de montaña. Hace poco dejó la competición de élite para dedicarse a la guía de alta montaña.
Víctima de un misterioso accidente
La campeona del mundo de esquí de montaña Adele Milloz, de 26 años y nacionalidad francesa, fue encontrada muerta el viernes 12 de agosto. Fue al término de una jornada en la que había ejercido como guía de montaña. Acompañaba a otra mujer en la ascensión al Aiguille du Peigne (3.192 metros).
Se trata de un pico sin dificultad aparente, ubicado en el majestuoso macizo del Mont-Blanc. El Pelotón de Gendarmería de Alta Montaña de Chamonix se ha hecho cargo del caso para investigar qué ocurrió. “La ruta estaba abierta, aunque los refugios estaban cerrados por riesgo de deslizamientos”, afirmaron.
Según las autoridades, “las altas montañas se han vuelto más peligrosas debido a la sequía pero el acceso no está explícitamente prohibido”. Además, Adèle conocía perfectamente el terreno donde ocurrió la tragedia. La investigación sigue en marcha para esclarecer el origen del accidente.
Estaba a punto de cumplir su sueño
Adele lo había conseguido todo como deportista de élite, y su gran sueño era convertirse en guía de alta montaña. Por eso abandonó la disciplina deportiva y se concentró en formarse como guía, un objetivo que ahora estaba a punto de cumplir. La muerte le ha sorprendido ejerciendo precisamente de guía.
Adele Milloz provenía de una familia de esquiadores, ya que su padre era guía de montaña y su madre monitora de esquí. A los seis años se inició en la disciplina de esquí de travesía y pronto demostró ser una habilidosa deportista. No tardarían en llegar las medallas, hasta coronarse a nivel mundial.
El 2011 empezó una prometedora carrera deportiva de la mano de Thierry Galindo, actual entrenador del equipo francés de montaña. Un año después ganó su primera medalla de plata en el Campeonato Europeo. En los Juegos Mundiales de 2017 en Sochi (Rusia), ganó dos medallas de oro.
Comprometida con el deporte femenino
Aún no tenía los veinte años cuando entró a formar parte del Pelotón de Gendarmería de Alta Montaña como gendarme voluntaria. Más tarde, en 2018, escaló las laderas nevadas del Etna y se hizo con el título europeo. Finalmente decidió dejar la competición y el voluntariado para sacarse el título de guía.
Quedaban pocas semanas para que Adele afrontara el examen final y cumpliera su sueño. Al final del verano se iba a convertir en la guía de alta montaña más joven de Francia. Además, estaba muy comprometida en la promoción de este deporte entre las mujeres y supervisaba cursos 100% femeninos.
En su última publicación en Instagram, una semana antes del accidente, aparecía sonriendo junto a dos clientes en la nieve. Despedía así la temporada de verano y anunciaba nuevos retos con la máxima ilusión. Apenas unos días después la muerte la sorprendió haciendo lo que más le gustaba.
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