Bruno, el niño de 5 años que luchaba contra una dura dolencia, ha fallecido meses después de haber cumplido su sueño. El pequeño soñaba con ser policía y el verano pasado pudo pasar un día con los agentes de la Policía Nacional de Jerez. Este lunes perdió la larga batalla contra la enfermedad.
El sueño del pequeño Bruno era ser policía de mayor, pero una cruel enfermedad ponía en jaque su vida. Así que el pasado verano, tras ser intervenido en el hospital, su padre contactó con la Comisaría de Jerez con una petición muy especial. Un deseo al que los agentes accedieron de buen grado.
El 13 de agosto de 2022 fue el día más feliz de la vida de Bruno, que vio como se cumplía su sueño de ser policía por un día. Ayer, 20 de marzo, la vida del pequeño se apagó para siempre causando una gran tristeza en su entorno. También en el cuerpo de policía, que nunca olvidarán su ejemplo.
El día más feliz de su vida
Bruno fue operado el pasado mes de agosto en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Su padre contactó con la Comisaría de la Policía Nacional de Jerez para pedir si podrían darle una sorpresa y animarle a seguir batallando. Pidió que acompañaran a su hijo a la salida del hospital, y ellos no lo dudaron.
Los agentes de Sevilla fueron a su encuentro a la salida del hospital, y el niño fue recibido con aplausos en la comisaría de Jerez. Lo custodiaron hasta la nueva comisaría, donde fue recibido por el comisario provincial, Santos Bernal. También los inspectores y un nutrido grupo de agentes le dieron su aliento.
El pequeño pudo cumplir su sueño de ser policía, y recorrió las instalaciones de la comisaría junto a los uniformados. Los agentes le explicaron qué hacían en su día a día y cómo trabajaban en cada una de las dependencias. La visita terminó con los agentes haciendo el pasillo en un cálido aplauso.
Los policías, consternados
La muerte del pequeño Bruno ha golpeado muy duro al cuerpo nacional de policía. Fuentes policiales aseguran que “durante todo este tiempo hemos tenido presenta a Bruno. Incluso el jefe provincial lo recordó en su discurso con motivo de la festividad de los Santos Ángeles Custodios”.
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Los agentes recuerdan emocionados el legado que dejó en ellos un niño muy especial, cuya pasión por la profesión les conmocionó. Les queda al menos el consuelo de saber que con un simple gesto pudieron contribuir a hacer realidad su sueño. Y de paso le dieron fuerzas para seguir luchando.
Quedan como recuerdo imborrable de aquella jornada las fotos del niño con la cabeza vendada y una sonrisa de oreja a oreja. Aquel día hicieron que Bruno se sintiera como uno más en la comisaría. Su pérdida deja un gran vacío entre los que ya serán para siempre sus compañeros de profesión.