Este martes se ha conocido el fallecimiento de Belén Esperanza Rodríguez Maroñas, a los 50 años. La empresaria del sector de la decoración ha muerto en Lalín (Pontevedra) tras una larga enfermedad contra la que batallaba. Su muerte cierra el trágico ciclo de una familia tocada por la desgracia.
Su vida estuvo marcada por la prematura muerte de su hija, la cantante Paula Sueiro, en un accidente de tráfico. Paula murió el 8 de febrero de 2016 cuando tenía solo 20 años y una prometedora carrera musical por delante. José Manuel, padre de Paula y marido de Belén, murió en 2018 de manera repentina.
La desgracia de Belén siguió con el martirio de su enfermedad, que la obligó a dejar sus negocios. Tenía una casa en Malpica y había pasado un tiempo en Buenos Aires, pero vivió sus últimos días en Lalín. Su temprano fallecimiento vuelve a golpear al entorno de esta familia marcada por la tragedia.
La tragedia que marcó su vida
La vida de Belén y de toda su familia cambió para siempre el fatídico 8 de febrero de 2016. El accidente tuvo lugar en la carretera comarcal 552 en Agualada (La Coruña). La joven se dirigía al pueblo de su madre, Zas, cuando perdió el control del vehículo y chocó contra un poste de hormigón del tendido eléctrico.
El impacto fue tan brutal que hundió el techo del Volkswagen Polo causando un fuerte traumatismo en la cabeza de la conductora. La joven seguía con vida cuando la sacaron del vehículo. Se vivieron momentos de mucho dramatismo, ya que varios familiares, entre ellos su madre, llegaron al lugar del accidente.
Los equipos sanitarios trabajaron sin descanso para reanimar a la joven, pero acabó muriendo en la ambulancia. Paula Sueiro era una cantante conocida por su participación en el programa Recantos de TVG. Comenzó su trayectoria musical colgando vídeos en Youtube y acabó alcanzando una gran notoriedad.
Sigue la desgracia familiar
La muerte de Paula Sueiro fue un mazazo para los vecinos de su localidad y todos los fans que había cosechado tras su paso por el programa. Pero sobre todo, fue un golpe devastador para sus familiares. Exactamente dos años después, en febrero de 2018, murió su padre José Manuel Sueiro.
La joven estaba muy unida a su padre, José Manuel, y a su tierra natal, Corme, donde tenía su mayor club de fans. De hecho, aunque ella creció y vivió siempre en Lalín, siempre se consideraba cormelana. José Manuel nunca superó la muerte de su hija, y el sufrimiento le acabó llevando a la muerte.
Ese fatídico día de febrero de 2018, paseaba por las calles de Lalín cuando sufrió una repentina indisposición y murió. Era veterinario y trabajaba para una empresa de Deza, la localidad donde Belén empezó en el negocio de la decoración. Esta localidad llora hoy la muerte de estas tres personas.
Belén será enterrada con su hija
Belén lidió durante estos últimos años con la pérdida de su hija y de su marido, y con la enfermedad. El otro lugar que marcó sus vidas fue Zas, pueblo natal de Belén y donde fue enterrada su hija Paula. La empresaria será sepultada en el mismo panteón, a la entrada del cementerio de Zas.
Belén nació en Casa Maroñas, en el centro de la localidad, que primero fue un ultramarinos y después un restaurante. El cadáver fue velado en el mismo lugar donde se ha expuesto el cuerpo de su madre, Belén. Siete años después, amigos y familiares vuelven a pasar por allí para darle el último adiós.
A pesar de los reveses de la vida, Belén siempre fue una mujer alegre, decidida y muy apreciada por su entorno. A sus allegados les queda el consuelo de que podrá descansar por fin junto a su marido y su hija. Belén Rodríguez Maroñas ha muerto en día 8 igual que su hija, como un última mueca del cruel destino.