Paula Durán, la joven colombiana que luchaba contra un cáncer terminal ha fallecido este martes en California, según confirmó públicamente su marido Sergio Vega. Paula acababa de conseguir una visa humanitaria para que sus padres pudieran despedirse de ella, pero desgraciadamente su vida se acabó antes de que eso sucediera.
La joven estaba luchando contra un cáncer irreversible que ya le había provocado metástasis en el cerebro y en el estómago. Su fallecimiento se producía alrededor de las tres de la tarde, antes de que sus padres pudieran llegar a Estados Unidos desde Colombia.
Momentos después de que Paula Durán falleciera, su marido lo hizo público a través de las redes sociales de la joven. “Me partió el alma ver partir a mi esposa; la mujer con la que he luchado durante estos 7 años. Murió en mis brazos. La abracé y estuve ahí hasta el último suspiro".
Son palabras que suenan a despedida, cargadas de un dolor inexplicable que solamente aquel que ha sido testigo es capaz de hacerlo. Así se siente Sergio Vega, así se sienten las personas que ven partir a su mitad en vida.
Un trago difícil de afrontar cuando se trata de una muerte tan joven como la de Paula.
Felicidad efímera
Hace ocho meses, Paula y su marido, junto a sus dos hijas, decidieron emprender un nuevo camino. Todos juntos en familia se mudaron a Estados Unidos con la intención de pasar allí sus años de vida en busca de nuevas oportunidades.
Ambos quisieron dejar atrás las miserias de su ciudad, luchando por un mejor futuro para sus hijas y para ellos mismos. Encontraron ese futuro en California, donde querían pasar los días junto a sus hijas.
Todo iba bien, la pareja se enteró de que serían padres de nuevo, una noticia que les hizo francamente feliz. Pero fue algo que le duró algo menos de un suspiro. Poco tiempo después se enteraron de que Paula Durán sufría un cáncer terminal con metástasis en diferentes partes de su cuerpo.
El cáncer estaba muy avanzado en etapa cuatro, por lo que a la vida de la joven no le quedaba mucho tiempo más.
Afortunadamente, la vida del bebé está a salvo gracias a que el equipo médico decidiera practicarle a Paula una cesárea prematura. Ellos ya sabían, a diferencia de su familia, que a la joven le quedaba algo más de un mes de vida.
La batalla contra el cáncer
Como otros grandes luchadores que se enfrentan día a día a la desagradable batalla contra el cáncer, Paula luchó hasta el final. Era una joven despierta y alegre que amaba a su marido y a sus hijos. Estaba feliz con la noticia de ser madre de nuevo.
Tanto ella como su marido querían y deseaban una vida en Estados Unidos. Pero cuando por fin pudieron asentarse, la enfermedad de Paula Durán llamó a su puerta.
La joven empezó a presentar síntomas cuando ya estaba embarazada, lo que le produjo un mayor malestar. Los mareos, vómitos y dolores de cabeza no cesaban y cada vez iban incrementando. Sabía que algo no estaba yendo bien al comprobar que la intensidad de los dolores no era la misma que en sus otros embarazos.
Fue el pasado 28 de noviembre cuando las cosas empeoraron para la familia, pero sobre todo para Paula. Un cáncer cerebral se apoderó de su cuerpo antes de que los médicos pudieran hacer gran cosa para salvar su vida.
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