Se llama Kosta, tiene 14 años y hasta esta mañana era un alumno ejemplar, discreto y que pasaba desapercibido. Desde hoy quedará en la memoria como el autor de la peor tragedia escolar que se recuerda en Belgrado (Serbia). El menor ha matado a ocho niños y un adulto durante un tiroteo en su colegio.
Los hechos han ocurrido esta mañana a primera hora, cuando el menor ha entrado armado con una pistola pequeña y otra de gran calibre. Ha descerrajado más de cuarenta balas sembrando el pánico entre profesores y alumnos. Ocho alumnos y el conserje han muerto, y hay varios heridos más.
Tras la masacre, el adolescente ha llamado a la policía: “Me llamo Kosta, tengo 14 años y he disparado a varias personas”. Los agentes han desarmado al muchacho, que ha quedado detenido. En el lugar hay un gran despliegue de emergencias y se han decretado tres días de luto nacional.
Llevaba un mes preparando la masacre
Cada nuevo detalle que se va conociendo sobre esta tragedia resulta más escabroso. El autor de la matanza, un niño de solo 14 años, estuvo planeando durante un mes el asesinato a sangre fría de sus compañeros. Había escrito en una libreta una lista con los nombres de las víctimas.
No solo eso, sino que también había dibujado un plano de la escuela calculando cada uno de los movimientos que tenía que hacer. Esta mañana ha acudido a su colegio, en el centro de Belgrado, para ejecutar su macabro plan. Primero ha matado al conserje, una persona muy querida por los niños.
Luego ha sembrado el pánico en el centro abriendo fuego contra alumnos y profesores. El balance inicial es de ocho niños fallecidos, aunque según fuentes oficiales el número de víctimas podría aumentar. El gobierno ha activado el protocolo de seguridad y se han suspendido las clases en toda la ciudad.
Hijo de un médico amante de las armas
La policía de Belgrado y el departamento de Educación han organizado una conferencia de prensa para avanzar lo que se sabe hasta ahora. El autor de la matanza es Kosta, hijo de un famoso radiólogo amante de las armas. De hecho, ha ejecutado el ataque con las armas legales de su propio padre.
En el centro y sus alrededores se han vivido escenas de mucha tensión durante toda la mañana. “Escuché los disparos e inmediatamente algunos estudiantes salieron al pasillo a ver qué pasaba. Todos comenzaron a gritar, hubo pánico general, nos apuntó a todos con el arma”, relata un testigo.
Otro niño asegura que tenía cadáveres a su alrededor y que se hizo el muerto para no ser ejecutado también. “Me tumbé junto a mi amigo muerto y fingí que yo también lo estaba, así fue como me salvé”, explicó en un medio local. El asesino estuvo ayer en una fiesta de cumpleaños, aparentemente normal.
El bullying, un problema latente
La policía de Belgrado ha anunciado que tomará medidas contra el padre del niño, sobre el que ahora están puestas todas las miradas. Fuentes locales apuntan a que el padre enseñó al niño a manejar armas y disparar. De momento no han trascendido las posibles motivaciones del autor de la matanza.
En el trasfondo de la tragedia subyace el problema de la violencia escolar, el bullying, que en Serbia ha aumentado de manera preocupante. El personal docente lleva meses exigiendo medidas para frenar el problema. Tras los hechos de hoy, crece el malestar y piden la dimisión del ministro.
La última hora es que los médicos están haciendo todo lo posible por salvar la vida de otros seis niños heridos. En el hospital se están viviendo momentos de tensión, con padres gritando de angustia. Sin duda, la ciudad y el país tardarán mucho en olvidar esta fecha marcada por la incomprensible tragedia.