Aviones y helicópteros militares de todo el país fueron llamados para ayudar contra el avance descontrolado de las llamas en Siberia.El incendio se ha extendido sin control y ya ha quemado más de 3 millones de hectáreas, una superficie casi tan grande como Bélgica.
La magnitud de las llamas es tan grande, que Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, ha extendido la mano para ofrecer ayuda para luchar contra los incendios que azotan esta enorme región forestal. De hecho, Greenpeace ya ha calificado los incendios de «catástrofe ecológica» y activistas medioambientales rusos aseguran que se trata del peor fuego de la historia del país desde que hay registros.
La agencia rusa de protección forestal aérea, Avialesokhrana, ha reconocido que la mayoría de los fuegos se estaban extendiendo sin hacer nada. De hecho, el gobernador de Krasnoyarsk, Alexandr Uss, dijo el pasado lunes, que la lucha contra los incendios «era inútil y que, incluso, contraproducente», puesto que se trata de una situación normal en verano, igual que las tormentas de nieve durante el invierno.
Un incendio sin precedentes
La magnitud es tan grande que el avance delas llamas se puede observar des del espacio, imágenes publicadas por la NASA muestran como el humo de los incendios llega hasta Estados Unidos y Canadá. Según los datos oficiales, hay un total de 246 focos activos (113 en Yakutia, 73 en Irkutsk y 60 en Krasnoyarsk), que corresponden a 3 millones de hectáreas de bosque. Según Greenpeace, la situación es aún peor, ya que calculan que las llamas se extienden hasta 4 millones de hectáreas.
La enorme extensión y las grandes distancias que hay en la región siberiana, son el principal problema en que se encuentran los profesionales para impedir el avance de las llamas. Los focos están muy separados entre sí y se encuentran en zonas remotas y de difícil acceso. La agencia rusa Avialesokhrana, ha explicado que también está trabajando para sembrar nubes para inducir las precipitaciones en la zona de los incendios. Y por otro lado, los chamanes siberianos han dicho que se unirán para intentar convocar la lluvia y pedir a los dioses que ayuden a sofocar los incendios forestales.
Y es que si no se consigue dominar las llamas con urgencia, podría surgir otro problema, apuntan los expertos. Los incendios podrían extenderse a la turba del subsuelo, pasando así a ser incendios subterráneos y haciendo que las tareas de extinción sean todavía más complicadas. De este modo, podrían llegar a durar meses quemando, hasta el invierno.
Hasta ahora no se han informado de heridos ni de evacuaciones a causa de los incendios. Las autoridades han declarado el estado de emergencia a todo Krasnoiarsk y Irkutsk, una zona de la medida de la Europa Occidental, que se extiende desde Mongolia hasta el océano Ártico.
Incendios que queman desde junio
Muchos de estos incendios ya se habían declarado en junio,pero los gobernadores locales no hicieron nada al respeto porque creían que el gasto para extinguirlos era superior al daño que podrían producir en áreas muy remotas de difícil acceso y prácticamente despobladas.
Aun así, ahora se ha empezado a comprender que la magnitud del desastre es enorme y que, si no se apagan los incendios, habrá consecuencias que podrían ser irreversibles por el ecosistema, incluyendo la intensificación del deshielo ártico. Además, el humo ya rodea muchas localidades y sus partículas son un peligro para la salud de la población.
Expertos de Greenpeace aseguran que las cenizas aceleran el deshielo del Ártico y la capa de hielo permanente, liberando gases que aumentan el calentamiento global. Según sus palabras, «el efecto de los incendios al clima es muy elevado, es comparable a las emisiones de las grandes ciudades». En otras palabras, cuanto más agravado se vea el cambio climático, más favorables serán las condiciones porque se produzcan nuevos incendios.
El Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a medio plazo (CEPMPM) del Copernicus Atmosphere Monitoring Service (CAMS) advirtió, el mes pasado, que los incendios que están teniendo lugar al Círculo Polar Ártico, no tienen precedentes a la historia, ni por su duración prolongada ni por la extensión afectada. El centro científico atribuye este nuevo fenómeno al cambio climático y a las condiciones más secas y calurosas del clima.